En el cosmos, por aquella época, existían seres imposibles de capturar, tres hermanos, hijos de Crio y Euribia, capaces de ser intangibles si así se quería, como para poderse diluir al ojo mortal y divino y solo dejarse sentir si así lo deseaban... Eran casi imperseptibles para los demás, menos para sus hermanos y hasta la fecha, solo uno era conocido para los dioses. Los otros dos no... pero eso terminaría justo ese día
Astreo, el menor de ellos y más cercano de los astros por ser regidor de los mismos y del firmamento, había desaparecido en medio de la titanomaquia en cuanto vio que derribaron a Hyperion y fue tal vez, el único que tuvo la astucia necesaria para saber que perderían y diluirse a tiempo como para huir y hasta la fecha se conservaba oculto a toda criatura, manteniéndose así a salvo
Desde siempre supo que en su forma natural era imposible capturarle; después de todo, era el viento así que cuando requirió de ello, se escondió en el invisible viento y pese a que Helios y Selene no estuvieron en la batalla, sabían que él aún era libre, como para quererle de regreso, pero no lograban conseguirlo.
Algo le tenía apartado de ellos, por lo que tendrían que esperar que él quisiera aparecer, pero era un alivio saberle libre del Tártaro y recordarlo cada vez que el viento se sentía en Grecia y libre de mandato divino, como para refrescar si quería o sofocar a su voluntad, así que tal vez, no solo estaba libre, sino que también presente como para estar cerca, se les ocurrió un día que lo hablaron antes de partir a llevar el día y Selene volver al templo y les alegraba, aunque no era una dicha completa, pues así no lo dijeran, que Astreo quisiera estar diluido a sus ojos, hería de forma tan obvia que cuando les veía cuestionarselo, Astreo quería aclararles que no era por ellos.
Era de su hermano de quien huía sin descanso, porque sin importar a dónde fuera, allá llegaba a buscarlo. Perses parecía seguir los pasos en busca de su hermanito y conociéndole bien, Astreo le huía pese a que le intrigaba su insistencia. Tal vez Perses lo quería como aliado, consideró uno de los días en que volvió a huirle, pues pocas no habían sido las veces en que tras provocarlo, Perses le veía explotar en furia y arrasar con todo a su paso cuando le gritaba o atacaba o la ventisca que causaba al aspear con su mano ordenándole callar y era algo que al parecer, a Perses le interesaba traer de regreso eso, pero por eso mismo, es que Astreo se negaba a dejarse ver
Conocía y temía muy bien a su hermano mayor como para evitarlo todo lo que pudiera, pese a que empezaba a ser un reto demasiado grande; pues como ya se ha dicho, sin importar a dónde fuera, Perses llegaba y le demandaba dejarse ver y varias veces con el imperioso temperamento que tenían los tres hijos de Crio, Astreo se tentaba de hacerle frente, pero se abstenía y optaba por quitarse, para ir a otra parte dónde también le encontraría, para frustración suya e incluso agobio de sentirse acechado hasta cuando se escondía en sus propios refugios, dónde siempre había estado ajeno al exterior
Fue en uno de esos días en que jugaba al gato y al ratón, cuando el tercero de ellos acudió. El mayor de los tres y hasta hace un tiempo, el único capaz de limitar esa sed destructiva de Perses y aplacar los disgustos de Astreo, que tan volátil era ante tal incitador ser, que tenían por hermano y que se limitaba a sonreír complacido de verlos enfurecer, tal como en ese instante que vio a Astreo aparecer en el bosque de sus seres mágicos que hacía volar a su voluntad y capricho como para oírse el rugido del viento nada más sentir que Perses puso un pie en su lugar sagrado
-¡LARGO DE AQUÍ!- le gritó Astreo desde las alturas obligando a Perses a ponerse de cuclillas y sujetarse de la tierra para que no le botara volando
El bosque entero se remeció, los árboles se balancearon y cuanta frágil flor hubiera se desprendió de la tierra, logrando que su contraparte sonriera y alzara la vista, ¡lo había encontrado! pareció celebrar Perses y clavando las garras en el suelo, rasguñó desenterrando árboles ante la ventisca, aplacando de golpe al viento que se materializó ante él
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Rey y Mandatario [Pausada]
FanfictionZeus se ha coronado como rey del cielo, cree tener poder absoluto y haber encerrado a todos los titanes, pero a pocos días de su triunfo, sabrá que no. Su mayor rival, sigue libre y lo que es peor, es peligroso confrontarlo y, no está solo.