Creador

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Tres días después buscándolas por mar y tierra tanto de día como de noche, seguían sin rastro de las estrellas de Atlas, es como si hubieran desaparecido, pero a cambio, al cuarto día Helios se encontraron con otro más y aunque no era Maya, ni sus hermanas, también alivió verlo.

Inquieto cómo era, con los primeros rayos del sol el otro titán salía de su escondite a buscar masilla que le sirviera para sus constantes creaciones y esta vez, no pudo huir a su vista. Helios conocía demasiado bien esa sombra índigo que revoloteaba el lugar a toda velocidad, cómo para que detuviera su carro y calmando a sus equinos les dejara en ese punto fijo.

Ya vendría por ellos, prometió y sabiendo que contaba con pocos minutos, descendió tras él cómo para que el inventor entrecerrara los ojos jurando que el día de repente era demasiado brillante. Luego captó que era por que tenía el día tras él. Sonrió resignado y exhaló logrando que Helios se detuviera antes de apoyársele en el hombro

-Habrás de saber que aquel sol ya tenía dueño- reconoció el creador sin dejar de hacer, todavía sentado en su sitio- ¿tienes nombre deidad?- dudó seguro de encontrar otro rostro, algún desconocido proclamándose sol. Había visto a su hermano Atlas prisionero y ese mismo destino les acreditaba a todos. Desde entonces se ocultaba, pero seguía saliendo entre las sombras a seguir con sus creaciones, pero huyendo de los intrusos- ¿no? Solei es un buen nombre- propuso en intento de mostrarse en paz con ellos todavía incapaz de girar- o Solaria, si eres fémina- contempló sintiéndose lloroso de la sola idea de saberse solo, entre dioses

-Ya tengo nombre y sigue siendo Helios, Prometeo... Helios Hyperion de hecho- corrigió el astro apoyándose en sus hombros para sobresalto del creador que giró de golpe con la primera palabra antes de írsele encima igual de incrédulo que los demás- hola- se dignó a saludar soltándole

-¿Pero cómo? Vi a Atlas desde hace días- divagó limpiando sus ojos con la cara interna de su muñeca antes que las lágrimas escaparan

-Larga historia y... ¿Epimeteo?- dudó esperando verles juntos... Prometeo solo subió los hombros- no te preocupes si no lo capturaron, le encontraremos- prometió logrando que le afirmara- ¿vienes?- invitó haciéndole un ademán a que lo siguiera

-¿A dónde?- dudó seguro que no quedaba más mundo que aquel rodeado de dioses

-A casa, ya era nuestra para cuando ellos llegaron, no la donaremos tan fácil- juró retomando camino, Prometeo tomó tierra con prisa en sus manos y le siguió hasta el carro del sol indagando lo mismo que los demás mientras seguía dando forma al animal

-La mitad de mis creaciones perecieron en esa batalla, no lo merecían, eran inocentes, ni siquiera lucharon- juró Prometeo y por varias horas, el sol le dejó desahogar- salvé todas las que pude, las oculté bajo tierra, lo intenté, pero eran demasiadas y yo...- hundió el rostro en sus manos antes de echarlas hacia atrás removiéndose el cabello- debí salvarlas, lo intenté, pero muchas huyeron cuando la tierra cimbró- se lamentó revisando la desolada tierra con una sonrisa rota- ¿recuerdas cómo era? Mis creaciones corriendo por todas partes, viviendo en armonía, jugando y las mágicas, casi similares a nosotros, a ellas espero haberlas salvado a todas- añoró con fuerzas doliéndole el silencio de la tierra que tantos años le había tomado decorar con sonidos propios de los seres vivos- de haberlo sabido antes, habría creado escondites para cada uno, pero todo fue tan repentino- lamentó abrazando el becerro de barro- pagarán por eso- juró alzando la vista al cielo en amenazante promesa- me vengaré, mis creaciones volverán y lo serán todo- insistió empezando a retirar el barro para liberar el becerro que descendió a dejar y volvió al carro del sol- no he sido capaz de ir a verlo, ¿sabes?- desvió el tema detallando por primera vez a dónde iban- Temo que lo custodien y me capturen y... y no puedo permitirlo, mis seres me necesitan- explicó viendo la figura de su hermano cada vez más cerca

-Serás libre, Prometeo, tienes mi palabra, solo es llevarte ante sus reyes, presentarte cómo uno de los nuestros y podrás seguir con lo tuyo, la tierra volverá a ser lo que era, haya dioses o no- juró Helios apretando las riendas, sin verle, por llevar la vista fija en Atlas- debería verte- propuso y el creador negó


Rey y Mandatario [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora