Mientras Poseidón iba con Hades para pedir la libertad del titán Atlas, sin saber que llevaría más días de los esperados, Zeus retomó camino hacia el templo buscando con furia a Hera, había sido ella quien insistió hasta la saciedad que fuera. Bien, ya habían ido y habían regresado teniendo que pactarle a los titanes, ser intocables y sus mujeres ser iguales a ellos, responder con recato ante la luna, cuando su lugar era el silencio y la obediencia, reprochaba el rey, pero al ver a su reina que exhaló aliviada de verle volver a salvo, solo se apartó molesto y pese a eso, lo único que importaba, es que, en tierra, cegadas por el día, dos hermanas salían con cuidado a ver el cielo
-Ha amanecido- notó lo obvio la ojinegra
-Volvamos adentro, aun no es seguro- pidió la de ojos turquí tomándola de la muñeca para entrarla
Así lo hicieron y de su lugar no se movieron hasta oír alguien entrar al templo, corriendo la una al lado de la otra, la que evidentemente era menor se dejó abrazar por su hermana que apuntaba hacia la entrada con la diestra, mientras la otra lo hacía con la izquierda. Temblaban en el rincón, escondidas en las sombras, recitando entre dientes y a la vez, cuanto conjuro se acordaran, la una para no ser vistas por el invasor y la otra para que se fuera pronto. Funcionó solo vieron entrar dos figuras, pero partieron pronto. Las hechiceras se dejaron caer de rodillas al suelo aliviadas de estar a salvo, siendo la menor la primera en cerrar los ojos cuando su hermana le besó la frente esa noche
¿Qué hacían ahí? Esperar, esperar igual que lo hicieron hasta hace unos días sol y luna, esperar a que sus padres regresaran, pero no volverían... es solo que los astros lo asimilaron primero que ellas. Su padre era un hechicero, creador de la magia negra, titán de la sabiduría, controlador de los polos, ciencia y magia... no podía ser que no encontrara forma de escapar de dónde estuviera y su madre, era la primera vidente más poderosa del cosmos, tenía que haber visto lo que ocurriría y tener un plan, ella porque lo vio y él porque lo idearía, pero tenían que tenerlo, se obligaban a creer, pero el nuevo día llegó y como llegó, la noche cayó y se sentían haladas hacia ellos, pero se resistían a ese llamado. Se resistían a sus designios, el sol brillaba y calentaba, pero no iluminaba, sus rayos no llegaban hasta la tierra, se distinguía únicamente siluetas, eran el día y la noche sin ellas, sin su luz, sin sus vuelos expandiendo la luz legitima de sol y luna hasta el último rincón de la tierra
-Tenemos que ir- interrumpió la menor en la tercera noche que la luna brilló en el cielo, solitaria y llamándola- ¿me oíste?- insistió la temperamental hechicera, su hermana negó- ¡tenemos que! Desde hace días hay sol y luna, tienen que ser ellos, tienen que- insistió apoyada en la mesa
-Debemos esperar, aun no es seguro- repitió las palabras de su padre- ¿Y qué si son? Podría ser una trampa y sino, pues entonces es que les capturaron y si vamos, nos harán lo mismo. Debemos esperar- replicó su hermana al oírla bufar- ahora, termina tu cena- intentó zanjar el tema
-Cobarde- acusó la menor- ¿esperar a que sea seguro? Aquí dentro jamás sabremos cuando será seguro, debemos salir y verlo- se explicó y no hubo como ganar esa discusión
Por ello, esa noche, al ver la luna menguante, verificó que su hermana dormía y salió de hurtadillas. Inhaló, exhaló, sintió el aire frio y moviendo las manos como invocando una esfera cambió de forma, quedando una loba negra, negra como sus ojos. Volvió la vista hacia el templo y jurándose volver con su hermana pronto, corrió por la isla con todas sus fuerzas hasta detenerse en el barranco más alto a aullar. Aulló con toda la fuerza que tenía, con la vista fija en la luna que casi suelta las riendas de su carro al oírse llamada; Selene volvió la vista atrás segura que deliraba
Llevaba esos días llorando desconsolada, había tenido la esperanza de encontrarlas, de no ser los únicos, pero al buscarlas, no las habían encontrado, su templo estaba en ruinas y tan agónico fue todo que no toleró más de 5 minutos en ese lugar, así que dudó de lo que oía, pero en tierra ahí seguía la loba aullando con todas las fuerzas que tuviera. Selene que se tapó los oídos dudando de su propia cordura, creyendo que aquello era por ansiar con fervor el verlas; sollozó y siguió dudando que eso fuera posible, pero tomó las riendas y azotó para que sus corceles aceleraran el paso mientras se le escapaban las lágrimas.
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Rey y Mandatario [Pausada]
FanfictionZeus se ha coronado como rey del cielo, cree tener poder absoluto y haber encerrado a todos los titanes, pero a pocos días de su triunfo, sabrá que no. Su mayor rival, sigue libre y lo que es peor, es peligroso confrontarlo y, no está solo.