Rey y Mandatario [Pausada]

Hijas del Mar

Prevenido que nadie lo viera salir de ahí, Zeus abandonó el templo, después de dejar a la mujer en el suelo, cambiar de opinión y dejarla recostada en un camastro, para irse finalmente y encontrarse para su sobresalto con Poseidón. Exhaló aliviado al reconocerle y saberse a salvo, antes de centrarse en lo importante, respuestas

-¿Y bien?- dudó Zeus reparando en el estado deplorable de su hermano

-Está hecho- juró Poseidón apoyado en su tridente doblado sobre sí mismo, Zeus sonrió victorioso- Hades le traerá en la noche- prometió

-Vamos, es hora de darles un mensaje claro a nuestros huéspedes- condenó rodeándolo con el brazo para llevarle con él- merecen encontrar su sorpresa al amanecer ya que esta noche, no hay luna- burló con regocijo de imaginar sus expresiones al encontrarle ahí

-Necesitaremos tu ayuda para traerle, Hades solo lo sacará del inframundo, nosotros lo traeremos- aclaró Poseidón alcanzándolo y centrándolo en ello- no es tan simple, encadenarle nos tomó días, Cerbero le sacará a rastras de ahí, es nuestro camino, debes debilitarle- pidió con preocupación

-¿Por qué le temes? Ya lo he hecho una vez, volveré a hacerlo- juró con paso frenético al que Poseidón le costaba seguirle el ritmo

-Zeus- llamó deteniéndole- ¿estás seguro que es buena idea? Es grave- advirtió- y mira que para que yo mismo lo note, es porque esto, es una osadía- advirtió sin poder ocultar la preocupación de la reacción que habría al verle, pero Zeus afirmó- ¿Qué haremos con los demás? Sabemos que no todos lucharon, por ahí siguen varios titanes más o hijos de los mismos y los están buscando, ¿Cuándo los encuentren que haremos?- dudó las intrigas que tuvo el tiempo que estuvo bajo tierra

-Si aceptan mi soberanía, que se queden- autorizó el menor deteniéndose un momento- siempre tendrán el recordatorio de cuál es su lugar y a lo que se arriesgan si desobedecen- advirtió volviendo la vista a Urano que mal herido parecía cada vez más cerca de la tierra

Y así se hizo, esa noche mientras los dioses traían a rastras al titán de la fuerza, entre la turba tormenta, Selene sobrevolaba el mar segura de haber oído pasos huyendo del mar que se mecía con fuerza, la misma que tenía que aplicar Poseidón para jalar del titán que con resistencia se retorcía por atacar, pese a las cadenas por las que llegaban las corrientes eléctricas de Zeus que le torturaban como para debilitarle

Y siendo una noche activa, mientras los dioses tiraban del titán y Selene buscaba a las fugitivas, hacia las montañas, Asteria sonreía emocionada de encontrar uno más e intentaba convencer al caos de ir con ella. Debían permanecer juntos y no dejaba de jurarle que era intocables, algo que él se resistía a creer con la misma apatía que le causaba la idea de vivir en armonía con los enemigos, era su propia naturaleza rebelándose a siquiera considerar la idea de compartir lugar con esos degradantes seres, pero desde siempre había tenido una debilidad por Asteria, le costaba negarle algo y siempre era así, ella ni siquiera tenía que usar su magia para lograr sus consentimientos, solo... ser ella

-Si tanto insistes, estaré yendo, pero no me quedaré- prometió el titán besándole la frente

-Eso me basta, que no desaparezcas de mí, nuestra vida- corrigió cuando le vio erguirse con arrogancia al oírla- Perses, no te ausentes mucho- clamó rozándole el rostro

-¿Has sabido algo de mis hermanos?- dudó tomándole del rostro- a mitad de la batalla a Astreo le vi desaparecer y no supe más de él, a Palas la oigo todo el tiempo- explicó cuando lo miró confundida- ella cerró los ojos al oírlo y negó, él exhaló preocupado- ¿crees que los hayan capturado?- temió y esperó cuando la vio abrir los ojos