En Una Ciudad Tranquila

Una Pequeña Historia

Después de que Alberto y John me rescataron, fuimos al hospital a visitar un amigo; después nos fuimos a la casa de Alberto.

-¿que horas es?

- la 5 a.m.

- perfecto para dormir.

-¿entonces voy a trabajar hoy?

- no es seguro Juanita, no vallas hasta que atrapemos al asesino.

- esta bien Alberto.

-¿y como atraparon y donde estas?

- Hey, no crees que a pasado muy poco tiempo para preguntarle John.

- no, esta bien, no regañes a John.

-¿que? el es incapaz de regañarme, yo no me dejo hacer eso.

-¿como que no te dejas regañar?

- pues... olvídalo.

- bueno ¿si no hay problema nos cuentas que paso la noches del secuestro?

- pues, salí de mi trabajo por la noche y camine a mi casa, cuando llegue mis cosas que estaban en el suelo, alguien ya había entrado, luego me pusieron un pañuelo y me desmaye, luego estaba en una silla, me alimentaban y me liberan hoy, ellos a veces se iban del cuarto y prendían la luz, comía con cubiertos de plásticos, tenia un baño pero no me bañe.

- con razón hueles así - te has ganado un pase al infierno.

  - luego te voy a matar después de bañarme, bueno como  estaba contando hasta que el estúpido de John me interrumpiera.

- lo siento - Alberto se rio.

- bueno pase ¿dos días? no se, no había un reloj o luz solar, solo una persona me visitaba era ¿amable? o así se hacia pasar, me contaba chistes muy malos y me explico que necesitaba sus diarios  y que Alberto los tenia, también maldecía porque alguien nuevo llego a la ciudad, o algo así.

-¿a que te refieres?

- pues que alguien llego a la ciudad, no me lo dijo directamente pero gritaba fuerte y se podía escuchar fácil, al parecer eso no era parte de su plan y estaba muy estresado. 

- interesante.

- luego me llevaron a un lugar, ahí estaba ustedes y ya el resto lo saben, bueno me voy a bañar, John espero que duermas con un ojo abierto - entre al baño y me bañe, salí y me vestí, me puse la misma ropa; Alberto dormía y yo me acosté a su lado.