Blinded by childhood, friendship and love

「 XXVII 」

⚘ Sigue hablándome ⚘

—Yo... —Dabi volvió a observar a Keigo, quien se encontraba con los puños cerrados y serio. Lo suficiente como para hacer que el mayor se sintiera extraño mientras esperaba por escuchar sus palabras —Seguí caminando cuando me fui hasta acabar en una montaña, no encontré nada, no había nada tampoco. Solo vida muerta —El mayor mantuvo su mirada, aquello no era algo simple de contar y menos a Hawks así que frunció más su ceño —No paré de llorar por horas y horas, estaba cansado de todo lo que ocurrió, de lo que perdí, de mis decisiones... odiaba todo Keigo, y en un ataque de ira quemé mis propios párpados para lograr parar.

Hawks forzó su rostro, mostrando una gran preocupación por Touya al volver a mirarlo.

Pesar que pudo hacer algo como eso no entraba dentro de su cordura. Inhaló con dificultad y no se movió, mostrando aún su temperamento y tragando saliva acumulada.

—Mi cuerpo comenzó a arder entero y de repente no pude controlar mi propio quirk, quemando todo mi cuerpo y conmigo la montaña entera donde me situaba —Keigo se acercó ahora a él sin poder resistirlo con cuidado, viendo como Dabi paraba su monólogo solo por observar a su amigo más cerca, pasando su mirada por todo su cuerpo nervioso.

—Touya, tú... —El alado mostró un pequeño manto transparente sobre sus ojos, haciendo que Dabi quedase estático y obervó cómo el rubio alzaba una de sus manos, tocando con su palma la mejilla de Dabi y rozando con el pulgar la quemadura del párpado.

El mayor suspiró suavemente, casi como si exhalase un poco de su locura en él por sentir a Keigo así, mirando sus ojos y sintiéndose en el cielo.

"Siempre fuiste así, Keigo"

Adoraba su amabilidad tanto que podía derretirse más con eso que con sus llamas.

Sostuvo con su mano más cercana a la ajena y la acarició. Keigo sintió recorrerle mil y un cosquilleos agradables por su piel.

¿Qué es esto? Se sentía demasiado bien para ambos.

—Comencé a volverme loco después de eso Keigo—Quiso seguir hablando mientras que el alado miraba a los ojos azulados una y otra vez, pasando de una pupila a otra y adorándolos con la mirada. Escuchando claramente aquella voz grave, casi ronca por la seriedad —Sigo loco Keigo, sé que eres consciente de eso y de lo que he sido capaz de hacer todos estos años a la sociedad— El alado bajó la mirada.

—Lo sé.

—Entonces antes de seguir, dime lo que realmente quieres— Hawks volvió a elevar su mirada lentamente, notando como Dabi se acercaba más a él —Tú no eres un villano ni nunca lo has querido ser ¿Por qué haces esto? o más bien ¿Por quién haces esto? —El alado abrió sus párpados. Desde pequeño, no podía entender como Dabi era capaz de leerlo.

Dió un paso hacia atras, sin dejar de mirarle.

—Keigo no tienes ningun micro, puedes decírmelo— El alado cogió aire y pensó antes de soltarlo por sus labios de forma un tanto temblorosa. Tenía razón pero siempre le costó decir estas cosas.

Hawks siempre había vivido encadenado.

—Primero me gustaría escuchar que te ocurrió Touya, es largo de explicar— Desvío su mirada avergonzado por haber sido descubierto, no debería de haberle subestimado.