「 XXXII 」

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⚘ No entiendo qué me pasa ⚘

El viernes llegó.

Pasó alrededor de dos días tras lo ocurrido.

Dabi terminó discutiendo con Shigaraki acerca del trato, generando una pelea que "arreglaron" por ahora, aunque Shigaraki se encontraba bastante enfadado con él.

Después de eso aún no había vuelto a ver a Hawks. Caminaba por las calles, intentando buscarle inconsciente mientras que por otra parte quería volver a su casa, pero tampoco quería que el ambiente fuera incómodo.

Así que por ahora decidió esperar un poco, incluso se prohibió de no escuchar su voz por el micro al parecerle algo inapropiado de hacer con Hawks. Primero se propuso a hablar con él en persona, sin saber aún muy bien cuándo.

Sabía que iba a la liga por ese trabajo suyo y prefería no encontrarse con él por ahora. Sabía que Hawks no quería hacer eso y por otra parte aún buscaba ideas para sacarle de allí

Hawks, por su parte, se encontraba mirándose al espejo de su baño al caer la noche.

Una camisa blanca con una corbata negra simple y chaqueta junto a un pantalón negro era lo ideal para ir a la cena a la que Norikage le quiso invitar junto a Rumi.

Su rostro en el espejo era serio al igual que siempre mientras se recolocaba algunos mechones, la verdad es que se encontraba cansado por haber estado pensando constantemente en Dabi.

Suspiró, cogió sus últimas cosas y salió volando hasta llegar al lugar.

Había salido antes y se apoyó en una farola que iluminaba el restaurante.

Un restaurante caro, por supuesto ya que al tratarse de Norikage no se permitiría otros sitios y a Hawks no le encantaban al igual que Rumi pero eran los invitados así que tendrían que conformarse.

Miró a su móvil, sin mensajes por supuesto.

Ahora sólo tendría más tiempo para darle vueltas a las cosas.

Dabi.

Sólo él era lo único que persistía en su mente.

Quería verlo, volver a hablar con él y encontrar el ambiente de antes. Ese ambiente en el que de nuevo volvían a ser amigos cercanos.

Pero otro sentimiento desconocido también se apoderaba de él y quiso negarlo, ocultarlo y mantenerlo alejado. No quería estropear nada más.

—¿Hawks? — El alado giró suavemente, observando como su amiga acababa de llegar —¿Una hora antes? ¿Quién eres? Si normalmente llegas siempre justo— Burló ella, haciendo sonreír al alado.

—Hola Rumi, solo me apetecía venir antes— Se incorporó ahora de la farola —¿Y tú? Te veo rarísima —Se percató que el rostro de su amiga no era cómodo a pesar de sus bromas, desviando su mirada.

—No sé ni cómo llegué tan pronto— Formuló ella —Estos tacones me están matando y... este maldito vestido —Hawks la observó de arriba a abajo con sus manos en los bolsillos y sonriendo de forma pícara.

—Estas preciosa Rumi, creo que nunca te había visto así — Dijo su amigo, sonrojando un poco a la coneja.

Llevaba un vestido negro, con encaje en su pecho y  espalda, sostenido con unos tirantes mientras que la falda estaba abierta, dejando ver una de sus piernas. Gracias al tacón la cola del vestido no rozaba del todo con el suelo y la caída de la tela era maravillosa, incluso la gente quedaba mirándola al pasar.

—Pareces una modelo, en serio— Su pelo estaba suelto y esto hacía verla en todo su esplendor, incluso puso brillo en sus labios —Rumi ¿Te ha visto Ryukyu así? Déjame sacarte una foto— Era raro que Hawks le hiciera este tipo de comentarios así que cómo única respuesta fueron sus nervios.

Blinded by childhood, friendship and love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora