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Día 1

Seishu Inui es un chico de veintiuno años que sufrió maltrato ¿Su familia? No sabía nada de ellos, solo recordaba  de como le vendían a un señor de unos cuarenta años cuando el solo tenia catorce, siendo un Omega era claro que a ellos no le servía...

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Seishu Inui es un chico de veintiuno años que sufrió maltrato ¿Su familia? No sabía nada de ellos, solo recordaba  de como le vendían a un señor de unos cuarenta años cuando el solo tenia catorce, siendo un Omega era claro que a ellos no le servía, su familia era de las pocas que pensaban que los omegas eran una basura.

Cuando el señor lo llevo donde sería su nuevo hogar, sintió ganas de vomitar, había tantos olores combinados, olores de alfas y omegas. Había omegas y betas vestidos con shorts que eran diminutos y camisetas que le llegaban al ombligo, era claro lo que hacían allí.

Inui solo quería volver a su casa, sabía que sus padres odiaban a los omegas pero venderlo ya era mucho, era su hijo.

La primera vez que intento escapar de allí tenia diecisiete, no aguantaba como lo trataban, se sentía tan sucio, aprovechando que estaba cerrado aparte de que el jefe y los guardias más fuertes se fueron, intento incendiar la casa, puso alcohol en toda la casa y tiró un encendedor que había pedido a unos de sus compañeros de "trabajo", se quemó la cara y le quedó una cicatriz, pero eso no era lo importante, ese día estuvo tan cerca de escapar, pero justo tenían que aparecer unos guardias que salieron a dar la vuelta.

Apenas lo vieron lo golpearon hasta dejarlo inconsciente, luego de unos días despertó en un hospital que seguramente era de un amigo del jefe, se puso a llorar apenas se dio cuenta que no sirvió de nada, cuando volvio todo a la normalidad casi ningún cliente lo quería por su quemadura, poco le importaba ya que los guardias le dejaron de prestar atención y no le daban tanta importancia a lo que hacía.
Fue en ese momento que se le ocurrió hacer un plan para escapar, tomando en cuenta que habían pasado cuatro años del incidente, no le prestaban tanta atención y su quemadura se volvió como una mancha, aprovecho eso y que el jefe salió a buscar nueva mercancía.

El corrió y corrió sin mirar atrás mientras escuchaba como le perseguía un guardia, al principio solo escuchaba su respiración, los gritos del guardia y sus pasos al correr junto con las hojas y ramas que pisaba, luego de lo que pareció una eternidad empezó a escuchar autos, motos y gente hablar, se sentía tan lindo volver a escuchar esos ruidos que a la gente cotidiana le parecen molesto pero para el era su salvación.

Al ver qué casi no había árboles en su camino corrió feliz por qué al fin pudo salir de ese infierno, cuando solo faltaban unos pasos vio un chico de pelo negro, sonrió al sentirse seguro por ver a una persona que no le haría daño, corrió con las pocas fuerzas que le quedaban hasta quedar delante del chico, fue ahí cuando se dio el gusto de respirar tranquilo y ponerse atrás de él antes mencionado, realmente no le importaba que fuera un desconocido, el solamente quería sentirse seguro, cuando vio como el guardia se fue al darse cuenta que no podría llevárselo al estar en medio de la cuidad, se resigno y volvió por dónde había venido mientras le llamaba al jefe.
Inui sintió una felicidad  que hace años no sentía, se sentía seguro, miro al chico que tenía en frente y se dio cuenta que este lo miraba curioso mientras levantaba una ceja.

- ¿Por qué te escondiste atrás mio?- le pregunto el chico de pelo negro, inui mordió sus labios nervioso al no saber que decir, no le iba a contar su historia a cualquier desconocido.

-Lo siento por eso - dijo mientras miraba los ojos del que parecía ser un alfa.

- Fue raro pero no te preocupes, soy Hajime Kokonoi un gusto - Kokonoi sonrió intentando que el menor entre en confianza, le parecía bonito y quería ayudarlo, el sabía que una persona no se esconde atrás de otra como si nada.

- Soy Seishu Inui - después de decir eso se alejo un poco de Kokonoi, no quería confiar muy rápido en alguien.

-Un gusto inui, dime ¿Eres Omega? - Kokonoi pregunto eso como si nada haciendo que Inui se pusiera a la defensiva.

- Si, ¿Por qué? - dijo el rubio mientras fruncía el ceño.

- Bueno es que tu olor me hizo deducir eso ya que es medio dulzón -
Kokonoi acerco su cara al menor para oler más pero Inui retrocedió más, no confiaba en esa persona.

- ¿Tu eres un alfa? - pregunto el rubio mirando los ojos directamente los ojos del mayor.

- Así es pero dime ¿Por qué tienes esa ropa? Digo, no es que te queden mal, solo que se nota que están desgastadas - Inui se avergonzó al darse cuenta que tenía razón, pero era mucho mejor a la ropa que le daban en ese lugar, la ropa que llevaba por lo menos le tapaba.

-Es lo único que tenía - decia la verdad, ya que la demás ropa que era "suya" la usaban todas las personas del lugar, lo único que tenía era eso que tenía puesto, era como un pijama.

- Ooh entiendo- dijo Kokonoi sin darle muchas vueltas al asunto, se iba a retirar hasta que sintió como el rubio le agarraba del brazo, se dio vuelta curioso hasta que vio como el Omega miraba hacia abajo avergonzado.

- Yo... No tengo dónde ir, no conozco por aquí y tengo hambre, ¿Usted podría ayudarme? - dijo aún sin levantar la miraba al pensar que se estaba aprovechando, pero no lo podían culpar, lo alimentaban una vez por semana y todavía no le habían dado nada.
Aparte no sabía dónde estaba, no reconocía el lugar.

- Yo podría trabajar para ti, ¿Necesitas alguien para que haga limpieza o algo? Yo podría ayudarte por favor dame la oportunidad - volvió a hablar el Omega mientras miraba al mayor desesperado, llevaba días sin comer y quería por lo menos un pedazo de pan y un vaso de agua.

Kokonoi se quedó pensando, tendría que pagarle y digamos que el aprecia mucho el dinero,seguía pensando hasta que vio como el Omega le veía desesperadamente, suspiro y se dio vuelta para quedar frente a frente con el.

- Está bien puedes trabajar en mí casa, harás la limpieza y tendrás cuarto propio, tu sueldo lo hablaremos después, si quieres puedo darte una ropa que no utilizo - dicho esto el rubio sonrió mientras parecía que salían estrellas de sus ojos.

- ¡Muchas gracias! No sabes cuánto te lo agradezco, te juro que no te arrepentirás - sonrió aún más si era posible, podría tener una vida normal, al fin.

El pelinegro simplemente volvió a caminar tenía que comprar ese traje, el rubio le siguió por atrás aunque con su distancia, no podía tomarse la confianza de ir a su lado, todavía no.

1132 palabras woooa, es la primera vez que escribo tanto OABFOCNSIS, en fin espero que les esté gustando está historia, no sé que haré de partir de ahora ya que solamente pensé en su encuentro pero no en su futuro              (´-﹏-';)Aaah, en fin...

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1132 palabras woooa, es la primera vez que escribo tanto OABFOCNSIS, en fin espero que les esté gustando está historia, no sé que haré de partir de ahora ya que solamente pensé en su encuentro pero no en su futuro              (´-﹏-';)
Aaah, en fin son libres de comentar lo que quieran  ^^

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