Run away

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Que lindo era para la luna ver cómo esa pareja al fin podía abrazarse y besarse sin miedo alguno, esa noche la luna brillo mas de lo normal.

Día 32

Inui se despertó con una pierna arriba de la suya y unas manos rodeando su cintura, feliz de sentir al otro así se acercó sin miedo alguno al cuerpo del otro, como le gustaba despertar y estar cerca de su novio.

Solo pensarlo hacía que inui se volviera la persona más feliz del mundo, Kokonoi era su novio, podría besarlo cuando quiera y no guardarse las veces que le quiso decir lo bello que se veía.

Estaba con su cabeza en el pecho del pelinegro, movió un poco está para que quedara en el cuello del otro, específicamente en donde algún día iría la marca.

Se quedó allí bastante tiempo, dejo varios besos haciendo que el otro apretara su agárrate en su cintura, parece que lo había despertado.

- ¿Pasa algo? - dijo Kokonoi con una voz ronca por recién despertarse.

- Nop, solo me gusta tu olor - dijo inui sonriendo para después volver a poner su cabeza en el pecho del otro - voy a hacer el desayuno - y como si esas fueran las palabras mágicas Kokonoi acercó al rubio más hacía el, parece que alguien no se quiere levantar.

- No quiero, ¿Y si faltó? - justo cuando terminó de decir aquello le llamo Draken, recordándole que hoy tenían una reunión importante haciendo que Kokonoi insulte en voz baja - Bueno creo que no podré faltar, seguro vengan Chifuyu con Kazutora por qué hoy llegaremos más tarde de lo normal por una reunión - el solo pensarlo  hacía que Kokonoi quisiera pegarse en la cama.

- Bueno - dijo Inui, cuando se estaba acercando para besar la mejilla del pelinegro este le agarro del mentón y le dio un pequeño beso en los labios haciendo sonreír como tonto al rubio - voy a hacer el desayuno - volvió a hablar el rubio, después de una lucha con el pelinegro para que le soltara salio de la habitación para dirigirse a la cocina.

Ya con el desayuno echo iba a avisarle al pelinegro pero este ya estaba bajando las escaleras.

- Cariño si quieres puedes poner tu ropa en mí habitación, va, ahora es nuestra habitación - dijo Kokonoi para después acercarse a inui y darle un beso en la frente, poco a poco el rubio se ponía más rojo, definitivamente Kokonoi hacía que Inui se congelara a veces.

Fueron al comedor juntos, desayunaron como normalmente hacían solo que se agarraban de la mano o se quedaban viendo más tiempo de lo normal al otro.

Cuando Kokonoi se estaba por ir inui agarro valor y se puso de puntillas juntando sus labios con los del otro en un beso suave.

- Que tengas lindo día - dijo el rubio sonriendo, el pelinegro solo pudo sonreír y ir hacia su auto, cuando vio que el otro ya estaba en su auto cerro la puerta y se tiró en el sofá, ah como le gustaban los labios del otro.