Él es Matt

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 Shawn llegó corriendo a la puerta y guio al joven para presentarlo. 

— Abuelo, abuela, él es Matt.

Shawn le dio un pequeño empuje hacia adelante para que entrara a la cocina donde estaban el señor y la señora Crawford, sus abuelos. Después colocó su brazo alrededor del hombro de Matt para calmar sus nervios. 

—No te harán nada — susurró.

Nathaniel volvió a la alacena. Había una tabla de cortar sobre la mesa, algunos vegetales picados y un cuchillo a un lado. Se podía oler un guiso fino viniendo de la cacerola en el fogón.

— ¿Acaso es el viejo el que cocina? — Se preguntó Matt —. La esposa del señor Crawford, Martha, estaba sentada a un lado del comedor bebiendo un té. Matt pensó que era raro que se cambiaran los papeles, aunque que veía mejor así, concluyó. Martha era una mujer de edad bien conservada, de cabello corto, costumbre de las mujeres a esa edad. Tenía un aspecto fino y delicado, muy agradable a la vista.

—¿Te conozco? — Preguntó Nathaniel —. No alcanzo a recordarte — Dijo seriamente. Un recuerdo vago pero alarmante le rodeaba la cabeza.

—Soy Matt Diamond, amigo de Shawn, tengo 13 años y medio — Se presentó el ojiazul haciendo una especie de reverencia—. Shawn y yo compartimos algunas clases juntos y él me invitó a...

— Te-Tenemos un proyecto para la clase de física — Interrumpió Shawn—. Es una materia nueva este año y soy malo para los números y letras. 

Era claro que Shawn les había mentido, en parte. El sí le había pedido a Matt su ayuda en un proyecto escolar, pero eso seria para final de semestre y apenas iban comenzando. 

—Así que tú eres Matt. Shawn nos contó mucho de ti — Dijo Martha. Matt volteo donde Shawn y soltó una leve sonrisa —. ¿Cómo llegaste hasta acá pequeño? Usualmente, no pasa la ruta a esta hora.

— Me trajeron en auto. No... se preocupe. 

Poco prestó Matt atención a esa pregunta.  No rompió el contacto visual con su chico, aún le sorprendía que su compañero hablara de él en casa. 

— Como les dije, haremos un proyecto de la escuela así que estaremos ocupados en mi cuarto, no nos molesten por favor — dijo Shawn.

Para Matt esa última frase le sorprendió. Cualquier joven en Santiago que le dijera eso a sus padres estaría retando a la suerte. Como mínimo se ganaría un discurso sobre el respeto parental y de "quien manda en casa". Pero sus abuelos no reaccionaron así. Matt recordó que ellos son de Estados Unidos así que consideró que allá era diferente la costumbre. Los nervios disminuyeron y lo remplazo la excitación y la emoción. ¡Estarían juntos en su cuarto!

— Bueno, tal vez cuando bajen a comer puedas hablarme más de Shawn. Tal vez tú puedas contarnos más sobre lo que hace nuestro nieto cuando no nos ve — Dijo la señora tomando un sorbo del té. 

—¡Yo les cuento todo! Matt no tiene que hacerlo — Exclamó Shawn nervioso. 

—¿Ah si? Matt cuéntanos, ¿Shawn tiene alguna novia de la que debamos saber?

Martha miraba a Shawn con ojos de "Te conozco". Shawn creyó entender esa mirada. No se sintió listo para esa conversación. 

*Crop Crop — sonaban las verduras bajo el filo del cuchillo.

—¿De dónde es tu apellido Matt? O ¿De dónde eres? — Nathaniel pregunto de la nada — Es raro ver a alguien con tu color de ojos en este pueblo. 

—Soy del sur de Chile, Concepción — Respondió Matt no gustándole a donde iba esa pregunta. 

— ¿Y tus padres? ¿Fueron ellos quienes te trajeron aquí?

Matt apretó los puños. 

Un silencio pesado inundó el aire. Shawn se había distraído y no prestó atención a lo que dijo su abuelo y término pasando el peor escenario posible. 

Shawn dio un paso a tras e hizo señales a su abuela de cambiar la conversación rápidamente. Martha entendió enseguida. Solo ella sabía la parte de la historia donde Matt era huérfano, Nathaniel ignoraba el tema. 

— ¿Por qué no suben mejor al segundo piso? Les subiré algo de tomar pronto — dijo ella.

—Sí, es mejor — afirmó Shawn tomando la mano de Matt queriendo llevarlo al cuarto.

Matt sé ergio y se contuvo. 

—Lo siento — habló levemente —. Perdí a mis padres cuando era pequeño. No me gusta hablar de eso, así que le pido con amabilidad no mencionarlos.

—Lo lamento — dijo Nathan —. Tú y Shawn tienen algo en común entonces. Ya veo porque son amigos en el colegio. Yo a él le enseñe a no temerle a la muerte, tal vez él te enseñe un poco. Suban pronto terminaré aquí. 

Shawn llevo a Matt a las escaleras, subieron y se perdieron de vista. Nathaniel vio a su nieto preocupado, aun así sabia cuando él tenía un plan en mente, algo estaba tramando.

—Oye... me debes una explicación — se refirió Martha a su esposo. 

—Lo lamento yo... Tengo la cabeza en muchas partes hoy. Los ojos de ese chico... En mi vida solo he conocido una mujer con ese color de ojos. Fueron casi 14 años; sin embargo, espero estar equivocado, debe ser una coincidencia. Estoy muy estresado y hasta creo ver cosas.

Ella se levantó y alcanzo la tetera, se sirvió otro vaso de té. 

— Me refiero al collar que Shawn tiene puesto— Mencionó Martha. Nathan quedó en shock —. Lo ha traído todo el día y ni siquiera se lo quito. Lo trajo del colegio. ¿Por qué decidiste dárselo? Más bien, ¿Dónde lo conseguiste?

Nathaniel la vio por un segundo y organizo sus pensamientos. Él abrió la pluma del fregadero y vacío agua en su rostro. 

— Siéntate, debemos hablar de algo importante. Aprovechemos que Shawn está arriba con él. No quiero que escuche.

Las Notas de EthanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora