Gárdian (Parte 2)

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— Mateo, necesito una explicación pronta, ¡¿Cómo Gárdian pudo despertar?! — Dijo Rafael alarmado.

— Y-yo... no lo sé — le respondió Mateo retrocediendo algunos pasos. Él excavaba en su mente buscando una respuesta coherente. Su plan requería que Gárdian quedara eternamente dormido bajo las profundidades, sin alguna opción de ser molestado, sin embargo, al verlo frente a sus ojos deseó salir corriendo, aunque el sentimiento de culpa y responsabilidad lo amarraba a la realidad.

— ¡Habla! ¡¿Cómo que no lo sabes?! — Gritó Rafael recargando su arma, listo para disparar —. ¡¿Quién le quitó el mandamiento a Gárdian?! ¡¿Cómo demonios se liberó de eso?! 

— ¡No sé cómo llegó a despertar! ¡Entiende! ¡Ya de por sí ha habido muchas cosas fuera de lugar hoy como para saber eso! Enfócate en el ahora, si Gárdian escapa y llega a la ciudad nuestros planes se arruinaran, todo el mundo sabrá sobre los Voids... No se debe repetir lo de hace 3 años. ¡NO SE DEBE REPETIR!

Rafael no quitó su mira del Void esperando algún movimiento. Su estado era extrañamente apacible y estático. Parecía observando algo a su alrededor con detenimiento pero envuelto en algún trance como quien vacila tras levantarse de largo sueño.

— ¿Qué le pasa? ¿Por qué no ataca? — Preguntó Rafael.

— ¡Creo que es el chico! —Dijo Mateo como descubriendo algo —. Escucha con atención lo que te diré, te contaré todo y esperó que esto quede entre los dos. Después de lo que te diga júrame por tu sello que me ayudaras.

Rafael accedió de inmediato, aunque dudoso. Mateo aprovechó que el Void no hacía aún algún movimiento y rápidamente le explicó lo que sabía a su compañero quien decidió dejar a un lado viejas cóleras evitando que nuevas nacieran. 

Del otro lado Matt no quitaba los ojos de la bestia pálida. El pulso del chico se apresuró, sintió un temblor dominar su cuerpo, su vista se volvió borrosa sea por rabia, dolor o miedo, o todas juntas. El gran Gárdian estaba a dos tiros de piedra de él: medía más de dos metros de altura, su piel era blanca y tosca con bellos canosos alrededor de su cuerpo, corpulento y de apariencia maciza, sus músculos y venas marcaban su piel, su fisiología humanoide era de pesadilla y su rostro aún peor. Su cabeza, tal y como Éel, la cubría una máscara de huesos similar a un casco que le rodea el cráneo. Un largo cuerno sobresalía del lado izquierdo y tenía la misma apariencia al del marfil de un elefante, solo que más grotesco y pesado. Del lado derecho tenía una grieta en su casco dando entender que había un segundo cuerno allí, pero fue arrancado violentamente dejando una apertura en su defensa. La criatura miró al cielo, pareció respirar profundo, se quedó atentó como si escuchara algo a lo lejos. 

— También lo escucha — dijo Éel —. La canción, aquella melodía que ella interpretó para nosotros. Gárdian también la está escuchando. Nos llama a ella

Los dos Voids permanecieron inmutables viendo al norte siguiendo con sus oídos una sonata que únicamente ellos podían escuchar. 

— Por eso me querías traer aquí — dijo Matt tragando saliva. 

— Si — Respondió la criatura sin mover su cabeza en dirección a la música —. ¿No te dije que aquí encontraríamos respuestas? No estaba seguro de encontrarlo aquí, pero así fue. Los hombres deben ser probados en todas las cosas y requiero que tú aprendas rápido. Te limitan tus sentimientos hacia lo que crees que era tu familia. Si te quieres vengar, hazlo hoy y ahora y expande tus límites. Hace tres años pude ver que eras capaz, hasta la fecha no has hecho más que ocultar todo ese poder que heredaste en tu sangre. El sacerdote, tus amigos, aquella escuela, aquel joven que te envuelve en esos sentimientos, todos han retrasado tu potencial. ¡Mira! — tomo a Matt por los pelos —. He allí a la criatura que mató a tu susodicho hermano y madre ¿no harás nada? A lo largo de los milenios solo han sido tres los que han podido contra él. Te vi haciendo retroceder hace 3 años, quiero verte hacerlo de nuevo. 

Las Notas de EthanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora