Felo

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El joven Matt no quiso abrir los ojos, solo escuchar la calma que traía el caos de la lluvia; deseó que ese momento durara un poco más. Allí, acostado en el asfalto, murmullos de agua penetraban sus oídos, diminutos golpes se sentían a lo largo de su cuerpo, la fría ventisca le era apacible, el olor húmedo del ambiente le provocaba sueño. Dejándose llevar,  se fue lejos de la realidad.

No supo cuanto tiempo llevaba allí, aunque se percató después de un rato que ya no caían las gotas de lluvia. Nunca abrió los ojos, nunca se levantó. La gravedad se hacía fuerte, no quería moverse, solo dormir.

Otro rato pasó y ahora dejo de sentir que la corriente lo impulsaba. Ya no estaba a la deriva, sino en un punto fijo. Creyó abrir los ojos, creyó estar en la cima de una montaña de nuevo. Vio allá arriba, en la negrura de su mente, las estrellas danzando en al rededor de una gran luna azul. Suspiró. Limpio sus últimas lágrimas, le dolían los ojos de tanto llorar, y si intentaba recordad lo sucedido y su pecho se hundía, pero ahora, ninguna lágrima brotaba. 

— Ethan... — dijo mirando a la luna —. A veces me pregunto si en verdad funcionará. No quiero dudar pero, ¿realmente podre traerte de vuelta?

Matt cerro los ojos de nuevo, envolviéndose en sus brazos como si se acurrucara. Dejo pasar el tiempo y cayó en un profundo sueño de nuevo. Al rato, la sensación de mojado desapareció de su ropa, el frío se esfumó.

Aquel día fue terrible y tenía razones para pensarlo. Hacia un esfuerzo para no pensar en que iba a pasar cuando el reverendo lo encuentre y tenga que enfrentar los hechos. ¿Acaso lo sacaría del pueblo? ¿Dejaría de apadrinarlo? O pero aun, meterían a Romero a la cárcel por poseer la custodia ilegal de Matt.

— Tal vez deba irme —  pensó —. Pero... ¿Shawn? ¿Será cierto lo que dijo Carlos? Gabriel me engaño... (suspiró) Ni siquiera pude defenderme de Carlos, me sobrepasó por completo. — Matt lo pensó detenidamente — Shawn quería que olvidara a mi hermano sabiendo que es lo más importante para mí. A veces no entiendo que pasa por su cabeza. 

Matt recordó aquella vez se sentaron juntos en el tercer piso del colegio y, nerviosos, pusieron música. Shawn tiene un gusto por la música reggae y eléctrica, Matt más prefiere lo clásico y único, aunque tiene un gusto por la música pesada también. Ambos se hablaban con la letra de las canciones que ponían, como si se dedicaran las canciones. De cuando en cuando, se tocaban los dedos de las manos como diciendo "presta atención a esta parte" y luego volteaban sonrojados la mirada. 

— ¿Es este sentimiento real o me lo estoy imaginando? — Se preguntó el ojiazul —. Mi pecho salta cuando lo tengo cerca, cuando me mira y me sonríe, cuando me toma de la mano y cuando me abraza fuerte. No quiero que sea de nadie más ese sentimiento pero, ¿y si Gabriel tenía razón? Tal vez solo me estén usando, así ha sido toda mi vida. No solo en el orfanato, pero desde que nací solo me han utilizado como experimento. Si es así, es mejor terminar con esto, no quiero depender de él, es más importante mi hermano que él... — Matt se tocó el pecho — Si, Ethan es más importante que Shawn.

La obscuridad de su mente se disipaba mientras inconscientemente abría sus ojos después de un pesado sueño. Se despertó de verdad. 

El ojiazul se halló a sí mismo sentado en un rincón de una tienda, envuelto en toallas, en camisilla, sin zapatos, y con un calentador a un lado encendido. Se hallaba seco y calentito. No escucho la lluvia, esta había parado de caer hace tiempo atrás. 

Rápidamente, inspeccionó su cuerpo, estaba completo. Reviso su alrededor: estaba en un cuarto ligeramente grande con varios estantes de comida. Al frente suyo unos dispensadores y neveras con bebidas, a su izquierda un mercado de frutas y verduras, y a su derecha la recepción, justo al lado de la puerta de entrada. 

Las Notas de EthanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora