Demonios de un Alma atormentada

Ultima Esperanza Parte 3

-Es algo malo? -No lo se aun, pero tu eres el único que tiene la respuesta, el ojimiel estaba mas confundido con cada palabra dicha por el mayor, pero solo atino a asentir, le dio la dirección del departamento a Zantiagho y se fueron en el auto de este.

Llegaron al departamento de Diro, en el trayecto este había pedido comida china, así que al llegar no tuvieron que esperar mucho para que les entregaran la comida, una vez instalados en el departamento del ojimiel empezaron a comer, platicaron de cosas triviales; lo cierto es que Zantiagho no sabia como sacar el tema, -Zantiagho, de que querías hablar conmigo? -Diro, yo se que no tenemos mucho de conocernos pero, dio un suspiro pesado, -Confías en mi?, el ojimiel lo veía confundido, -Mas bien, crees que podrías confiar en mi? se acerco y tomo las manos del menor, -Lo que paso hoy, no fue un desmayo por malpasarte, el menor se tenso... tal vez, había descubierto su secreto? -Diro, tuviste una crisis, y colapsaste por ello, el menor trato de separarse, pero el mayor no lo dejo, lo seguía viendo con mirada determinada, -Quiero ayudarte, pero necesito que confíes en mí, el ojimiel tenía una mirada temerosa, y no pudo sostenerle la mirada al azabache, -Piensas que estoy loco? Dijo esto último con semblante desanimado, y el azabache, que en ningún momento le había soltado, prosiguió, -No, no estás loco, con una mano tomo el rostro del menor para que voltear a a verlo, - Te gustaría hablar conmigo de ello? El ojimiel lo pensó un poco, y lo escuchó , - Anda niño, dile, y veras como se aleja, jajajaja! , -Tsk, cállate, dijo en un susurro, haciendo una mueca de desagrado al escucharlo , el azabache solo lo miraba expectante, -Qué te dijo? El ojimiel lo vio aterrado, trato de sacarse pero el azabache no lo dejaba , al contrario, lo jalo para abrazarlo y, aunque él menor pugnaba por alejarse, al final solo atino a aferrarse a él y empezó a llorar, -Tranquilo Diro, aquí estoy, decía sobando la espalda del menor, después de un rato, el ojimiel se calmo, no quería decirle, pero sentía que iba a explotar sino hablaba con alguien de ello...

Así empezó a explicarle al azabache a grandes rasgos lo que había sido su vida y las crisis de ansiedad que había tenido, derivando en, ahora, escuchar a su "nemesis" como él le describía, y, que cuando se cortó el brazo, el médico que lo atendió le había dado una tarjeta para hablar con una terapeuta, y, había estado dudoso de hablarle, pero, cuando se decidió, al parecer a él no le gusto la idea, por ello lo que pasó en el auto ese día. El azabache estaba atento a lo que decía, lo seguía abrazando, sin juzgarlo, solo quería entender que estaba pasando para saber cómo ayudarlo, el ojimiel estaba nervioso, había veces que iba muy rápido, otras bajaba la voz avergonzado, otras parecía que se iba a quebrar, pero el hecho de que Zantiagho en ningún momento dejo el abrazo, al parecer ayudo a relajarlo un poco, -Lo veo en cada reflejo, lo escuchó cada tanto, tal vez sea producto de mi mente, pero ... Se siente tan real, que no sé si lo voy a soportar, estoy cansado, pensé que podría controlarlo, pero después de hoy, parece que tiene mente propia... Se volteo a ver al azabache, -Ahora si piensas que estoy loco verdad?, Dijo casi a punto de llorar, -No, no lo estás, dijo con una sonrisa, -Pero necesitas controlarlo antes de que te controle, de acuerdo? El ojimiel asintió, -Bien, todavía tienes la tarjeta de la terapeuta? Cuando Diro iba a contestar, escucho a su "nemesis" , diciendo lo que podría pasar , el ojimiel se tapo los oídos -No quiero escucharlo, pero no sé va! Dile que se vaya! El azabache le quitó la mano y empezó a tararear una canción a su oído y, al concentrarse en eso, ya no escucho nada más, esa canción, era una especie de nana, y está relajo más al ojimiel, No se dió cuenta en qué momento el menor se quedó dormido, pero le dió gusto que hubiera confiado en él, e iba a hacer valer con creces esa confianza.

Lo llevo a la habitación y lo dejo en la cama, busco una frazada para ponérsela encima, y el se quedó en un sofá cama que estaba en la misma habitación, fue a su mochila y saco su reproductor de música, ahí le puso con cuidados los audífonos al ojimiel y le puso la nana que le había tarareado, esperando que así, pudiera dormir más tranquilo. Con lo que no contaba era que él no se iba a quedar de brazos cruzados, así que empezó a intimidar al ojimiel en sueños.

-Donde estoy? Dijo al ver el lugar donde estaba, parecía su habitación, pero como si estuviera abandonado, con maderas tapando el ventanal y los muebles derruidos - Estás en tu casa, dónde más?  le dijo desde el otro extremo de la habitación, en el umbral de la puerta - Zantiagho? - Él te abandono, como todo el que sepa de mi lo hará, no soportarán estar contigo...  te lo dije, en serio le creíste? - No, el se quedó conmigo, eres un mentiroso, el ojimiel trataba de estar sereno, pero le había empezado a temblar el labio, tenía que salir se ahí, -Quitate! Déjame salir, - Házlo, si puedes , en ese momento abrió la puerta y se encontró con un pasillo, lleno de más puertas,  que no dejaban ver hacia adentro, trato de abrir alguna pero no podía, quiso regresar pero no sabía cuál era la puerta por la cual salió, solo sabía que necesitaba encontrar una salida de ese maldito pasillo, pero cada que lo recorría, parecía no tener fin, empezó a desesperarse e intento patear las puertas pero nada, al fin vio una luz y corrió como si su vida dependiera de ello... Lo único que se escuchó después fue el sonido de vidrio quebrándose.