- En un rato viene la terapeuta, para que hables con ella y nos diga que debemos hacer, por favor, déjame apoyarte en esto, por favor Diro, el ojimiel se había quebrado, no dejaba de llorar, el azabache lo envolvió en un abrazo, -Tranquilo, yo estoy aquí, yo te cuido.
Al poco rato el menor ya estaba más calmado, y el médico llegó junto con la terapeuta, -Diro, veo que ya estás mejor, te presento a la Doctora Paula Toledo, es la terapeuta... -Hola Diro, mucho gusto, listo para conversar? El ojimiel vio al azabache y este le dio una mirada aprobatoria, se acercó a él y le dejo un beso en la mejilla, a lo que esté se sonrojo. -Les avisare cuando acabemos, el azabache y el médico asintieron y salieron de la habitación. Muy bien Diro, aquí te puedes sentir a salvo de decir lo que desees, de acuerdo? el ojimiel asintió, aunque un poco apenado, -Anda, dile... para ella estas loco, solo quiere ser amable, el ojimiel se volteo a donde lo escucho, con una mirada de fastidio, la Doctora entendió que pasaba, se levanto y cerro la puerta del baño -Mejor?, -Si... creo q si, en eso, sintió que le taladraban la cabeza, -Agh! mi cabeza! duele mucho, -Mírame, le dijo la Doctora, el ojimiel estaba teniendo un ataque de pánico, recordó lo que había pasado en el auto días atrás, la Doctora le tomo ambas manos, y, aunque el forcejeaba, la Doctora trataba de hacer que se concentrara, -Diro, mírame... escucha mi voz, solo mi voz... nadie va a hacerte daño, -No! esta aquí ... dile que se vaya! dile! pedía histérico, el azabache que estaba fuera de la habitación lo escucho y entro rápido, -Habla a una enfermera, Zantiagho salió rápido a ubicar ayuda, y regreso con dos enfermeros, -Hay que sedarlo, -No! grito el azabache, y acercándose al ojimiel lo abrazo, tratando de que se tranquilizara, -No tengas miedo, yo estoy aquí ... yo te cuido, los enfermeros esperaban a ver que debían hacer, uno ya traía una jeringa con el sedante, la Doctora hizo señas de que se lo diera, el ojimiel ya no forcejeaba, solo se aferraba al azabache en un abrazo , el mayor empezó a cantar la nana que le había cantado anteriormente, y el ojimiel se relajo, la Doctora los vio y esbozo una sonrisa... tal vez, solo tal vez, su diagnostico pudiera estar equivocado... tal vez, podría haber oportunidad para el menor.
Una vez mas calmado, le seguía doliendo la cabeza, pero ya era menos, seguía abrazado del azabache, la Doctora hablo, -Entonces Diro, te sientes listo para hablar? -Puede quedarse? La Doctora asintió, -Esta bien, y con un suspiro algo pesado, empezó a relatarle a la Doctora como había sido su vida con crisis de ansiedad, cada una mas grave que la anterior y, al final, lo que desemboco en que escuchara ahora a su "nemesis", verlo, y hasta sentirlo, de forma tan real que daba miedo. Trato de estar lo mas sereno posible, y cada que se sentía temblar, el azabache lo reconfortaba... no sabia como, pero, parecía que sabia que hacer cada que se ponía mal, era como... como si... -Zantiagho, como sabes como calmarme? El mayor le vio con una mirada que el ojimiel no supo descifrar, -Bueno, digamos que ya lo he hecho antes, el menor se quedo expectante, a lo que el azabache prosiguió, -Cuando era niño, tenia un hermano, desde pequeño tenia un "amigo" imaginario, como decían mis padres, pero, esa situación al trascurrir del tiempo se fue tornando mas compleja, había ocasiones que su "amigo" lo asustaba y lo hacia entrar en crisis, entonces intente de todo par tratar de cuidarlo cuando estaba así, hasta que la nana y abrazarlo funcionaba, rio con sonrisa amarga, -No me importaba quedarme sin voz, con tal de que el estuviera calmado, a pesar de que él me llevaba 5 años, nos llevábamos muy bien y, en mi inocencia, pensé que solo eso bastaría... -Cuando cumplí 10años, tuvo una crisis, pero, contrario a anteriores ocasiones, estaba muy agresivo, mis padres habían decidido enviarlo a un colegio militarizado, pensando que así, dejaría su fase rebelde, yo les rogué que no lo hicieran, que lo ayudaran, que no era una rabieta, pero no me hicieron caso, trate de interponerme entre ellos ya que mi padre lo había abofeteado y mi hermano le iba a regresar el golpe, pero en vez de darle a mi padre, el golpe me dio de lleno a mi, me rompió el labio, y vi como hablaba con alguien, no era con mis padres, reclamándole que por su culpa me había golpeado, yo trate de alcanzarlo para decirle que no era su culpa, pero al verme... su mirada, era sombría, se acerco a mi y me pidió perdón, pero ya no podía seguir así, yo le prometí que lo cuidaría, pero dijo que ya no tenia salvación, entonces... tomo las llaves del auto de mis padres, tiro lo que encontró para que no lo alcanzaran, se subió y solo vi que el discutía con alguien en el auto, y... bueno, esa fue la ultima vez que lo vi; lo siguiente que supe es que el auto se había estrellado y que mi hermano ya no estaba en este mundo. En ese punto del relato, era ahora el ojimiel el que abrazaba al azabache, así que prosiguió, -Cuando crecí trate de saber que era lo que le había pasado a mi hermano, me puse a investigar, pero... nunca lo supe con certeza.
Después de un silencio que pareció eterno, el azabache suspiro, -Y así es que se como calmarte, dándole una sonrisa que, al menor le rompió el corazón, él no quería ser una carga para el azabache, así que iba a ser lo que estuviera en sus manos, para que no volviera a sufrir, en eso, la Doctora hablo, -Bueno, veo que los dos tiene situaciones que hay que trabajar, Zantiagho, tu necesitas sanar, y, ayudando a Diro, creo que los dos tendrán una oportunidad. -entonces, que estamos esperando, Doctora, sea lo que sea que tenga... quiero curarme, ayúdeme. Y así el ojimiel estaba determinado a reparar lo que sea que estuviera mal con el, para poder rehacer su vida al lado del azabache, esa, ahora seria su promesa.
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Demonios de un Alma atormentada
Mystery / ThrillerEsta es la historia de Diro, un joven que considera que tiene una buena vida, pero hay algo dentro de él que no lo deja, una sensación que le asfixia y le estruja el corazón ... Necesita entender que pasa y como solucionarlo, antes de que haga algo...