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Violet

No se qué día es, en qué hora estamos, estoy en un ciclo de despertar, comer algo de lo que me da Marie y volver a dormir, donde mis sueños son los mismos, una y otra vez regreso a mi habitación de hace 7 años, recordando la misma voz que escuche hace poco, no se si he llorado, tal vez si lo he hecho, pero estoy tan alejada de la realidad que realmente no se que ha pasado, desde que me desmaye en la oficina de James, solo son breves momentos donde recuerdo donde estoy, y supongo por la mujer que viene con Marie cada cierto tiempo

Me levanto de la cama y con piernas temblorosas avanzo hacia el espejo, miro mi reflejo y odio volver a sentirme de este modo, cuando creía que ya todo estaba superado, según la psiquiatras que he visto, es normal, debido al trauma y aunque la ultima que esta conmigo, aun no es recomendable enfrentar a un abusador, si no estoy lista para las consecuencias, o eso entendí, que dijo la mujer que viene con Marie

Pero si no lo hago ahora, talvez nunca y es hora de sacar el cadáver del armario, espero, la puerta en mi camino al baño, arrugo el entrecejo, Cristobal me regala una media sonrisa cuando me ve fuera de la cama

—¿Cómo te sientes? —8 pregunta acercándose, lo detengo con la mirada, mientras avanzo mas hacia el baño

—Bien —contesto simple — voy a darme una ducha para ir hacia el hombre que vino aquel día — murmuro haciendo que Cristóbal se tense — el padre de Victoria, ¿No? — murmuro la pregunta aun cuando se que la respuesta enmarca mas que eso, y algo me dice que Cristóbal ya lo sabe

Sus hombros bastantes tensos, mientras arruga el rostro y sacude la cabeza, lo que me hace arrugar el ceño

—No creo que debas ir ahí, Vio— murmura y yo suelto un suspiro mal disimulado

—No te estoy pidiendo permiso, voy a ir ahí y tu vas a llevarme — no lo dejo hablar y entro baño, poniendo el seguro y empezando a desnudarme, entro al agua fría, sin querer pensar en nada más, no demoro mucho y aunque creía que Cristóbal se había ido esta sentado en la cama ojeando su teléfono

—Es una mala idea, Violet, estos días para tí no han sido los mejores — murmura apartando la vista del celular y encontrándose con la mía, su azul intenso quemando mi piel, pero giro la cabeza, empezando a enfadarme — solo quiero cuidarte

—No eres mi enfermero, Cristóbal, si no quieres llevarme encontraré el camino por mi, Gracias por la preocupación innecesaria — expreso con sarcasmo, señalándole la puerta para que se vaya y pueda vestirme, se que quiere replicar, pero se contiene o tal vez solo lo ignoro, empiezo a buscar ropa en el armario, escucho la puerta cerrarse y suspiro, decido por algo cómodo, y cuando estoy lista avanzo a la salida, con mi determinación y valentía, vacilando a cada paso dado

Fuera de mi habitación no hay nadie y avanzo con indecisión hacia las escaleras, encuentro a los hombres de James, y le pido a alguno que me lleve a la bodega o al lugar donde lo tienen, se que James lo conserva en su casa, según lo que me conto Marie, aun no se la razón, puede que haya sido porque lo vio y nadie que el no quiera debe saber sobre que esta vivo

El guardia de James me guía, el lugar esta lejos de la casa principal, pasamos entre las pequeñas casitas al rededor de la mansión entre ellas la casa donde vive Ginger, mis manos empiezan a temblar una vez nos terminamos de acercar, se escuchan gritos de dolor, golpes y demás, el hombre me señala la puerta y asiento dejando que se vaya, extiendo mi mano hacia la manija pero sin poder girarla, la dejo caer a mi costado, reviso mi ropa asegurandome que no olvide el arma y perdiendo el valor que tuve al despertar me despego de la madera, escuchando la voz del hombre que sigue atormentándome en sueños

Doy media vuelta y corro por el bosque sacando mi arma y soltando disparos sin ver los objetivos queriendo aclarar mi mente si conseguirlo del todo

🔪🔪🔪

Se que han pasado varias semanas de mi intento de enfrentar al padre de Victoria y cada que lo intento termino con el cargador de mi arma vacío, casi no he vuelto a ver a Cristóbal, ni a James, frente a la puerta de madera, donde aún hay gritos dentro, decido que debe ser ahora, con mi cuerpo temblando de terror giro la manija por fin, logrando que la puerta se abra, James esta de espaldas a mi, tiene el torso descubierto y sus manos están llenas de sangre

—Entre más fuerte grites más son mis ganas de matarte — murmura James, sus hombros tensos y su voz llena de burla, pocos de sus hombres notan mi presencia y se quedan viendome en silencio, suspiro con mi barbilla temblando y avanzo insegura

Aunque se que si estuviéramos en peligro, podría ser la primera persona a la que pondrían a salvo, me aclaro la garganta y el oji café se voltea con el ceño fruncido listo para asesinar a quien lo este interrumpiendo, separa los labios al verme y me estremezco al ver al hombre que queda mudo, con su cara constreñida en dolor, es castaño, sus ojos son grises como los recuerdo de mamá, y aunque su rostro este repleto de moretones, siento un aire de familiaridad marcado e cada gesto de dolor de su rostro

Tarde en recordar lo que dijo Victoria sobre nuestra familia, sobre el apellido Russo que llena nuestra sangre, así como la sangre italiana, y ahora se que esta persona que esta delante de mi, vulnerable, golpeado y exhausto hace parte de ese grupo de italianos de los que alguna vez hablo Victoria

»—Violet — murmura James, limpiandose la sangre y acercándose hasta donde estoy, lo evado y me concentro en mirar a Russo, tiembla, tiembla de miedo, tanto como yo, pero el no tiene justificación al sentir miedo en mi presencia, porque el fue el abusador

Y aun con el miedo corriendo en mi torrente sanguíneo, saco el cuchillo que jamás me abandonan y rozo el filo por su rostro presionándolo hasta que la sangre sale a chorros y ahora su rostro que me recuerda a mi madre tiene una gran cortada hecha por mi mano

La Equivocada ¥ [LM#0] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora