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Alexey

Bajo desorientado del auto, la cabeza me duele y siento puedo vomitar en cualquier momento, la casa esta a oscuras mientras avanzo, me toco la frente con dos dedos tratando de aliviar la pesadez de mi cabeza, ingreso después que uno de los hombres de Victoria me abre la puerta, la casa es pequeña de un piso, tine dos habitaciones y parece un punto abandonado en el mapa 

Y tal vez lo este, no se donde esta, cada que me traen, me inyectan un sedante que me pone a dormir, a veces despierto cuando ya estamo en el auto, a una calle de la casa, pero la mayoría de las veces despierto en el sotano, Victoria tiene una forma de controlarme y la usa de buena manera 

Paso de largo por el salon donde también esta la cocina, hasta la primera habitación, donde esta ella, dormida sobre la cama doble, Cristobal al pie de la cama, los odio a ambos, la forma en que ambos manipulan o utilizan a Violet me enferma, pero no tengo escapatoria, soy el segundo al mando de estos dos, así que también me estan cazando 

Victoria tiene el pie en mi cuello y estoy esperando el momento preciso en que lo quite

—¿Noticias? — murmura Cristobal sacando un cigarro de detras de su oreja, Victoria se remueve en la cama, abriendo los ojos, sus perlas verdes me miran somnolienta, se ve que no ha dormido mucho, pero tambien se que es su maldita culpa, así que no siento más que lastima po ella

—Murphy nombro a Violet su segunda al mando, las decisiones son de ella cuando el no este al frente — murmuro con un matiz de orgullo que hace a su gemela gruñir, observo su brazo vendado cuando lo levanta para pasarlo por su cara — también empezarón a distribuir una nueva droga , al parecer de sumisión, estarán ocupados estos meses repartiendola 

Victoria me examina de pies a cabeza, me mantengo impasible, viendo como se levanta y con un gesto me pide que la siga, Cristobal se queda un paso atras mientras bajamos al sotano, un apice de emoción crece en mi pecho con cada escalón, Victoria presiona la palma de su mano sobre una pantalla que lee sus huellas digitales y entramos por fin, la habitación esta perfectamente climatizada y la persona adentro me sonrie antes de acercarse 

Me rodea con sus brazos delgados y yo suspiro inhalando su aroma, es una mezcla de mango con canela, no se ni siquiera porque, tal vez sea el shampoo o el exfoliante que usa, suspiro separandola de mi para revisarla a conciencia, Victoria se va cerrando la puerta tras de ella, nunca es capaz de enfrentarla y la entiendo

La mujer entre mis brazos esta tal como la deje la ultima vez, su cabello castaño lo lleva suelto hasta la mitad de la espalda, sus ojos grises lucen cansados y debe ser el estres del encierro, pero se mantienen sonrientes, las cicatrices de su delgado cuerpo es algo que maldecire toda la vida, pero por ahora no puedo hacer mas por ella y por el pequeño que se acerca con el oso de peluche que le regale en mi ultima visita 

—Hablame de ella por favor — solicita con su acento italiano, que nunca abandona por más que pase encerrada aquí

Tomo a mi hijo entre brazos, se parece a Violet, rubio de ojos grises como los de su madre, es la maldita razón de no dejar a Victoria de lado, hace mas de 10 años, Nicolai me envio a buscar información de su hermana, la verdadera madre de su hija de 10 años, esa noche viaje a Londres, nunca antes me gusto Londres, pero Russo era mi jefe  yo era un lacayo que trataba de salir adelante...

Abrirme paso, subir de puesto, así que lo hice, la hermana de Nicolai Russo, Giana, fue llevada al hospital en mi quinto día de vigilancia en la casa donde vivía con Jacob Anders y su hija pequeña, Violet, aun no le informaba a Nicolai, pero sabía bien que debía sacarla de ahí, sobretodo en su estado, tenía un estado avanzado de embarazo, así que pague doctores, e hicieron una declaración de muerte dandole una droga que la dejaba sin latidos, intente lo mismo con la pequeña rubia que rezaba al pie de su camilla, llorando, pero todo se complico y solo pude sacar a Giana de ahí 

Jamás me arepentí de esa desicion, de lo que me arrepentí fue de lo que paso después, debí haberlos protegido mejor porque la complicación de no poder de sacar a Violet fue peor, hubo balas, sangre, gritos, Giana fue secuestrada, cuando yo intentaba sacar a Violet de las garras de su padre, todo fue momentaneo y oportuno para llevarselos,  Cristobal que al parecer  empezaba a hacer tratos con Russo, para un golpe de estado a James, ese día Giana perdio al bebe, que no tenía ni siquiera dos años

Fue horrible, pero fue el pie que pusieron en mi cuello, no pude hacer más nada por Violet, solo ser un apoyo para su madre,  y desde entonces muchas cosas han pasado en las paredes cristalizadas de esta habtación, aqui engendramos a nuestro hijo, el pequeño de cinco años que sotengo en mis brazos

Giana y mi hijo, viven por medio de mi, de las historias de su hija, y hermana

 Victoria es astuta, y sabe que hare todo por ella mientras los mantenga encerrados en este lugar, no uso rastreador porque eso me daría una ventaja y haría que quitara el pie de mi cuello, los ha maltratado cuando no obedezco y por eso me mantengo en esta maldita rutina, sedante al salir o entrar, información dentro de la mafia, ventajas y demás, mis visitas a Violet prohibidas

Suspiro, contandole a Giana todo desde mi ultima visita a Violet, son bastante parecidas, y se que le emociona, jamás le he dicho a Violet que su madre sigue viva, porque sería darle pie a Vctoria de mas torturas a mi hijo por sobretodo, según se, jamas ha tocado a su madre, solo utiliza palabras para insultarla u ofenderla, pero se que no duerme en las noches al saber que tiene a su madre como una prisionera

No se cuanto tiempo estoy con ellos, Viktor se duerme en mis brazos y lo llevo a su cama, volviendo al lado de Giana, que besa mis labios ansiosa, no por mucho tiempo, ya que Victoria abre la puerta y mueve la jeringa en su mano, suspiro de nuevo, besando una última vez los labios de Giana

—Cada vez estoy más cerca de sacarlos de aquí — susurro sobre sus labios, ella asiente, no dispuesta a tener esta conversación, me despide sonriendo con tristeza y acostandose al lado de nuestro hijo, les doy una ultima mirada, dejando el regalo que traje sobre la mesa, y saliendo, Victoria cierra la puertas tras de ella y me incita a caminar 

—Ambas somos sus hijas — comenta a mis espaldas 

—El que la retengas en contra de su voluntad, le quita el cariño que debe tenerte — exreso sarcastico — yo te quise como una hija, pero lo arruinaste, como arruinaste a tu hermana y como estás arruinando a tu madre, por eso te quedarás sola

Ella suspira pero no dice nada, solo me inyecta en la yugular, tomandome desprevenido como siempre, me acomodo en el asiento felpado del sofa, esperando que el sedante haga efecto, y escuhando un «Todo es necesario» de su parte antes de quedar dormido

La Equivocada ¥ [LM#0] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora