Capítulo 49

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Sin decir palabras Bastian dejó a Angie en su casa y se fue a la suya, y Angie comprendió que necesitaba estar solo

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Sin decir palabras Bastian dejó a Angie en su casa y se fue a la suya, y Angie comprendió que necesitaba estar solo. Ese día ella había aprendido muchas cosas, y una de ellas era que, aunque fueran pareja, cada quién tenía su espacio y su mundo interior, y que el otro debía respetarlo, no avasallarlo.

Esa tarde Angie aprendió que no sabía muchas cosas, y tuvo miedo, sintió temor de la incertidumbre que el futuro podía presentarle. Hasta ese momento todo había sido relativamente sencillo, ella controlaba sus rutinas y sabía que, aunque algunas cosas no salieran como imaginaba, ella podía mantenerse a flote. Pero esa tarde comprendió que hay decisiones que salen caro, demasiado caro, que hay situaciones que no pueden juzgarse, incluso a pesar de no ser comprensibles desde el punto de vista de uno mismo... que hay momentos en la vida en que no vale la pena aferrarse a nada, que es mejor soltar... liberarse del dolor... y dejarse llevar...

Estaba en su habitación meditando sobre todo lo vivido, repitiendo en su mente lo que había sucedido cuando Dina ingresó.

—¿A dónde fuiste? Y no me digas que estabas con Dulce porque ella llamó hace un rato pidiendo hablar con Maxi.

—Estaba con Bastian —respondió la muchacha y su madre se sentó en la cama a su lado.

—¿Estás bien? —quiso saber.

—Sí... solo... estoy un poco... aturdida...

—¿Qué pasó? ¿Quieres hablar?

Angie miró a su madre y asintió. Le contó entonces la historia de Bastian con su madre y lo que habían vivido esa tarde.

—No debí haber planeado eso...

—Pero al final terminó bien —dijo Dina.

—Sí, pero pudo haber terminado mal... pude haber dañado más a Bastian e incluso a su madre —añadió—. No puedo planearlo todo... —dijo y miró a su madre.

—Es lo que siempre te digo —respondió Dina con una sonrisa—, pero no te preocupes, Bastian estará bien... y lo que hiciste no fue tan malo, de verdad... créeme.

—Puede ser que se enfade conmigo...

—No lo creo...

—No lo viste, estaba nervioso, me dijo que no debí meterme...

—Eso fue antes de que volvieran a la casa y él se dejara abrazar por su madre —respondió Dina.

—Sí, pero aún puede ser que esté enojado. Siento que he pasado un límite que no debí cruzar —suspiró.

—Eso es normal, Angie... cuando estamos enamoradas queremos lo mejor para el otro, pensaste que esto sería lo mejor, por eso lo hiciste... no te juzgues...

Angie miró a su madre.

—Y no me digas que no amas a Bastian —añadió Dina levantando el dedo índice—, porque yo veo la forma en que lo miras y cómo te comportas cuando estás con él.

Lo que Angie creía que sabíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora