Capítulo 10

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Y el tiempo pasó, entre exámenes, trabajos prácticos y nuevas relaciones, las cosas encontraron una nueva normalidad

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Y el tiempo pasó, entre exámenes, trabajos prácticos y nuevas relaciones, las cosas encontraron una nueva normalidad. Angie, Maxi y Bastian ya no estaban tan juntos como antes ni pasaban tanto tiempo uno al lado del otro, cada uno estaba sumido en sus propias historias y en sus propios problemas.

Maxi y Olivia andaban enamorados, envueltos en una burbuja en la que no existía nada ni nadie más. Angie, en circunstancias normales, se habría puesto celosa y le habría demandado que casi ya no compartía nada con ella. Pero eso hubiese sido si no estuviera a su vez enredada en una relación de amigos especiales con Lucas, que había demostrado ser fascinante, inteligente y divertido. Mientras tanto, Bastian y Dulce se habían dedicado a pasar mucho tiempo juntos entre besos, abrazos y caricias algo subidas de tono.

Lo cierto era que con tanto amor adolescente rondando en el aire, el único tiempo que compartían eran los desayunos, la caminata hasta la escuela y los encuentros en clases, en los cuales no podían hablar demasiado.

Angie y Dulce tampoco tenían mucho tiempo para ellas, en los recesos estaban con sus respectivos chicos y no intercambiaban más que un par de palabras mientras esperaban que los profesores ingresaran al aula.

—Este fin de semana iremos al campo —susurró Angie—. ¿Vendrás?

—Me hubiese encantado, pero mi padre quiere que hagamos un viaje para ver a mi abuela, es su cumpleaños —dijo Dulce encogiéndose de hombros—. No hay ninguna posibilidad de que diga que no a eso —añadió.

—Ahh, al final creo que estaremos solo los tres... Olivia tiene un examen importante el lunes y Lucas debe cuidar a su hermanita ya que sus padres se irán a un fin de semana romántico, así que... estaremos solteros —bromeó.

—Bastian me dijo que es un viaje que hacen cada año —comentó Dulce—, es como una tradición de la familia... de tu familia...

—Sí, así es, y él nos acompaña desde siempre —añadió encogiéndose de hombros.

—Él se siente parte de tu familia... dice que a veces le gusta pensar que son trillizos —comentó.

Angie sonrió, Bastian había dicho eso muchas veces cuando eran chicos y ella lo odiaba. No quería un hermano más y menos ese hermano. Pero oírla a Dulce decir aquello, le golpeaba algún sitio que no era capaz de reconocer, no quería ver a Bastian como un hermano.

—Lo es, supongo...

—Las cosas entre nosotros están bien —dijo Dulce—, nunca me sentí así con nadie —admitió—, quizá tengas razón, quizás el amor es algo que está y de pronto te atrapa...

—¿Estás enamorada? —preguntó Angie.

—No lo sé... pero me siento a gusto con él, me siento protegida y querida... eso... eso es diferente. Nadie nunca me trató así...

—Me alegro —dijo Angie con una sonrisa que más bien se veía triste.

El profesor ingresó en ese momento y ambas hicieron silencio. Angie dejó que sus pensamientos vagaran a las palabras de su amiga. Estaba bien, estaba bien que se sintiera así, estaba bien que las cosas funcionaran entre ellos, estaba bien que fueran felices, pero entonces ¿por qué ella se sentía triste?

Lo que Angie creía que sabíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora