CAPÍTULO 7

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Kenia

1 semana había pasado desde nuestro encuentro, ¿me escribió? no.

Cada día de la semana que pasó estuve pendiente a instagram, ella seguía subiendo historias y así pero no me llegaba su mensaje.

No sabía si escribirle o no, quizás ella simplemente no quería saber de mí, no había interés de su parte, por algo no me hablaba.

Era entendible que no me hablara durante los primeros 3 días, al cuarto ya mi mente había creado posibles escenarios poco favorables para mí.

Uno y lo más probable, no está interesada en mi.

Dos, se hace la difícil.

Tres, no entendió lo que le dije ese día en el restaurante.

Cuatro, me ignora.

Cinco, está pendeja.

Seis, quiere que yo inicie la conversación.

¿Eso quería? Pues eso tendrá.

—Hola! ¿Estás?. 15:36 pm

Opté por no prestarle atención a mi celular en lo que ella contestaba, decidí cocinar algo dulce.

¿Yo? un desastre.

Sabía cocinar, pero cosas dulces no. Sería todo un reto.

Llamé a Olivia, una de mis mejores amigas y repostera, ¿qué mejor?

Hola babosa. - le digo cuando acepta el facetime.

—¿Kenia Os llamándome? Gente, va a temblar.

—Estúpida, sabes que siempre te llamo. - mentira.

—Nada que ver, eres una ingrata, ni siquiera te preocupas por tu amiga.

—¿Y tú no me puedes llamar? No se te va a quebrar un dedo, ¿sabías?

—Ya pues ya, que necesita la niña.

—¿Estás muy ocupada?

—Hablo con Kenia Guadalupe, sabrás que es de suma importancia, ¿tú que haces?

—Me dan ganas de golpearte.

—Que agresiva eres, Dios, no entiendo como eres mi amiga.

—¿Estás ocupada o n...?

—Que no, idiota, estoy en pijama aún. - apunta hacia el gran espejo que tiene en su habitación para que pueda ver el cochinero que tiene.

—Mucha repostería poca limpieza.

—Ya quisieras hacer pasteles como yo.

—Por lo mismo te llamaba, ¿puedes venir a mi casa? - hago cara de perrito para que venga a ayudarme.

—Serían $3000 pesos chiquita, por ser tú. - me guiña el ojo.

—Pensé que eras más costosa, que mal, Olivia.

—Eres una pendeja - me enseña el dedo de en medio. — ¿Para qué quieres que vaya? Te pregunto porque tú me das miedo, estás medio loca.

—Quiero que me ayudes a hacer unos pasteles.

—¿A quién quieres impresionar?

—A nadie, solo estoy aburrida.

—Si no me dices quién es no voy.

hasta morir ; kimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora