Capítulo 14.

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Bell y Tiona habían arreglado el malentendido sobre el distrito del placer, ambos estaban juntos caminando de regreso a Babel para después separarse y que cada uno de ellos volviera a su sede.

-Por cierto, es muy temprano ¿Qué hacías a esta hora fuera de tu sede, Tiona?-Preguntó Bell con curiosidad a la chica a su lado.

-¿Qué hacía afuera...? ¡Rayos! ¡Se suponía que iría al calabozo con mi familia!-Recordó Tiona, tomando su cabeza en desesperación.

-¡Deben estar esperándome! ¡Perdón Argonauta-Kun! ¡Nos vemos luego!-Agregó la amazona, corriendo a toda prisa hacia el calabozo.

-¡Adiós Tiona! ¡Nos vemos! ¡Muchas gracias por prestarme tu ayuda, te aviso cuando tengamos algo planeado!-De despidió el peliblanco de igual manera, agitando su mano de la misma forma que Tiona lo hacía al correr y dejarlo detrás.

-Ella es realmente una buena chica...-Se dijo joven a sí mismo, sonriendo mientras la veía alejándose.

-Se dijo joven a sí mismo, sonriendo mientras la veía alejándose

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En la sede de la familia Hestia.

-¡¿Dónde demonios estará Bell?!-Preguntaba Hestia con gran preocupación y enojo mientras Welf era amordazado por haberlo perdido.

-Hestia-Sama... creo que Welf está perdiendo su color...-Dijo Mikoto con preocupación, su compañero de su nueva familia estaba colgando boca abajo con varias sogas, las cuales le impedían mover piernas y brazos.

-¡No me interesa! ¡Y tú no tienes derecho a decir nada! ¡Por tu culpa mi Bell se fue al distrito del placer!-Respondió la pequeña diosa con llamas saliendo de sus ojos.

-¡Lo lamento!-Se disculpó la chica, haciendo un Dogeza.

-Perdón por decir eso Mikoto, pero me siento preocupada por Bell, es demasiado inocente y la gente se puede aprovechar de eso-Contestó Hestia, había perdido la tranquilidad por un momento.

-Bell-Sama... por favor, que no le haya pasado nada malo-Rogaba Lili a todos los dioses.

Hace algunas horas, tanto Welf como Mikoto y Lili habían llegado a la mansión de la chimenea con rostros preocupados, cosa que Hestia notó, ya que se despertó en la madrugada para tomar un poco de agua, pero grande fue su sorpresa cuando no vió a nadie en sus habitaciones ni al pelirrojo en la fragua.

Tras eso, le contaron la situación sin embargo, la pregunta de "¿Dónde está Bell?" No se hizo esperar por parte de la pequeña diosa.

Fue en ese momento donde la cosa se puso tensa, porque, si bien nadie sabía dónde estaba exactamente, sabían perfectamente dónde se perdió.

Cuando las palabras "Distrito del placer" salieron de la boca de Welf, quien fue el único con el valor de contestarle a Hestia, todo se volvió negro para el herrero, quien recibió una tacleada por parte de la pequeña diosa y se golpeó en la cabeza con el borde de la mesa.

¿El primer amor es el más importante?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora