Capítulo 15.

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-Yo te cuidaré... Freya-

-Logremos juntos obtener esa libertad que tanto deseas-

-Solo tenemos que tomar este primer paso...-

-¡Caminemos juntos a ese brillante y glorioso futuro!-Finalizó Bell sonriéndole dulcemente.

Actualidad.

Esa escena se repetía cientos de veces en la mente de Freya, la cual estaba siendo escoltada a la Torre de Babel por el capitán de su familia después del ataque al distrito del placer, más específicamente a la diosa Ishtar. El resto de la familia había regresado a Folkvangr tras la intervención.

Sus mejillas seguían encendidas en un color rojo intenso y su corazón no paraba de latir con gran velocidad por recordar las palabras de Bell y la manera en la que fue por ella antes de que cometiera el asesinato de un Dios.

Sumergida en sus pensamientos, caminando con la mirada perdida y una sonrisa llena de dicha y alegría, fue interrumpida, sacándola de su burbuja.

-¿Todo está bien, Freya-Sama?-Preguntó Ottar de manera estoica y con su tono de voz grave característico.

-¿Eh? Ammm s-sí, t-todo está bien Ottar ¿P-Por qué preguntas?-Contestó la diosa con nerviosismo y una pequeña risita nerviosa.

Esto sorprendió al Boaz, normalmente Freya mantenía una imagen imperturbable e inalcanzable, tanto dentro de su familia como para los simples mortales o ciudadanos que tuvieran la dicha de verla en alguna ocasión.

Recuperando la compostura por presenciar tal escena, respondió.

-De acuerdo, ya hemos llegado, Freya-Sama-Informó Ottar, señalando la puerta de entrada de la habitación de su diosa.

-¿Eh? ¿C-Cuándo llegamos?, no me di cuenta...-Se preguntó a sí misma al no percatarse del tiempo que habían recorrido desde que salieron del distrito del placer.

Ottar notó esto y, como era la primera vez que veía a su diosa de esa manera tan... ¿Distraída?, no pudo evitar sonreír ligeramente.

-Parece que no ha dejado de pensar en su "conejito", Freya-Sama-Dijo el boaz, haciendo énfasis en el apodo que Freya le había puesto a aquel chico de cabello blanco y ojos rojos.

Ante este comentario, Freya volvió a ponerse nerviosa y trataba de excusarse mientras miraba a todos lados en un pobre intento de desviar el tema.

Una pequeña risa ahogada proveniente de Ottar fue escuchada por ella.

-¡No te burles!-Exigió la diosa, haciendo un puchero con sus mejillas sonrojadas.

Al ver esto, el capitán de la familia Freya se puso nervioso, no porque fuera un regaño, cosa que no parecía en lo absoluto, si no porque le pareció adorable la manera en la que su diosa se comportaba como una pequeña niña

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Al ver esto, el capitán de la familia Freya se puso nervioso, no porque fuera un regaño, cosa que no parecía en lo absoluto, si no porque le pareció adorable la manera en la que su diosa se comportaba como una pequeña niña.

¿El primer amor es el más importante?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora