Capítulo 16.

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A la mañana siguiente, en la mansión de la chimenea.

Bell estaba despertando de su largo sueño, en el cual no dejaban de repetirse las interacciones que él ha tenido con las dos mujeres que causaban discordia en su corazón, Freya y Tiona.

El joven peliblanco sabía que hoy era el día en el cual debía visitar a Freya-Sama para hablar y convivir, como lo había prometido, así que se encontraba pensando en la forma de escapar de su diosa y evitar una gran serie de preguntas por parte de la misma.

"A ver, podría decir que voy al calabozo y que por eso llevo puesta mi armadura y armas, pero el detalle está en que soy muy malo mintiendo y Kami-Sama se dará cuenta de que lo estoy haciendo" el primer plan fue desechado.

"También podría salir por la ventana e irme a toda velocidad, tengo unos cuantos valis extras que me servirían para comprar algo de comida, ya que no he desayunado" pensó Bell, echando un vistazo rápido a la ventana de su habitación.

Cuando se acercó para observar si había alguien abajo, encontró a Haruhime con traje de maid mientras lavaba y colgaba la ropa.

-Y así se vio arruinado mi segundo plan...-Susurró para sí mismo, suspirando con desdén.

-¡Ughhh! ¿Qué puedo hacer para salir sin que me interroguen y suelte toda la sopa? No sé como vayan a reaccionar si se enteran que me veo a escondidas con Freya-Sama, el único que lo sabe es Welf y ya me ha ayudado demasiado ocultando el secreto-Dijo Bell mientras agarraba su cabeza con ambas manos y trataba de idear una manera de escaparse sin que involucre a su amigo siendo torturado y amarrado por Lili.

-Puedes simplemente decir que vas a Babel para comprar algunas cosas o a la señora de la Abundancia para desayunar, al fin y al cabo, Mikoto hoy no está en la mansión y no hay quien haga la comida-Opinó una persona desde la puerta.

Esto espantó a Bell, quien giró rápidamente para comprobar de quien se trataba.

-¿Welf? ¿Cuándo entraste?-Preguntó el peliblanco al ver la figura del herrero recostado en el marco de la puerta de su habitación.

-Vine a avisarte que tengo que darle mantenimiento a tu armadura y para eso era necesario que me la dieras, como estuve golpeando la puerta por más de 20 minutos y al recibir respuesta, entré, así que escuché todo tu debate interno y decidí ayudarte. Es increíble lo tonto que te vuelves cuando de romance se trata-Expresó Welf, riéndose ligeramente mientras negaba con la cabeza.

-¿R-Romance?-Cuestionó el chico, con sus mejillas sonrojadas.

-No trates de mentirnos Bell, Tiona dejó muy claro la noche pasada lo que sucede entre ustedes dos-Respondió el pelirrojo, riéndose nuevamente.

-¡¿Dejó claro?! M-Me da miedo preguntar pero... ¡¿Q-Qué fue lo que dijo?!-Dijo aquellas preguntas Bell,con preocupación y ligeras trabas en su habla.

-Nada, nada, sólo que comienzas a amarla...-Contestó Welf, haciendo el intento de simular el tono de voz de la amazona al igual que su lenguaje corporal cuando dijo aquellas palabras.

*puf*

Vapor comenzó a salir de la cabeza de Bell, si bien era consciente de que lo dijo, no esperaba que Tiona lo divulgara, aunque, siendo sinceros, ella es muy despreocupada y deberías ser un idiota si crees que ella no dirá algo.

-La mansión casi se convierte en una zona de guerra de no ser por Mikoto que dialogó con esas bestias...-Agregó el herrero, sintiendo un escalofrío indescriptible recorrer su espalda, curiosamente también sintió cierto dolor en las muñecas y en los tobillos, al parecer los traumas de haber sido amarrador varias veces pasaban factura.

¿El primer amor es el más importante?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora