Capítulo XVI

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Después de terminar mi encuentro con Christopher en el estacionamiento vuelvo a la habitación de Lena. Alex se encuentra con ella. Sonríen animadamente, terminan contagíandome. Si hay alguien que merece amor, atención y cariño es ella. Tuvo una vida muya difícil.

-Lucy _Musita con alegrí apenas me ve. Le regreso el gesto.

-¿Te importaría cuidarla? Necesito atender unos asuntos _Me pide Alex y niego.

El ministro sale de la habitación y observo a Lena, la cual come la gelatina como si su vida dependiera de ello. Antojos, supongo.

-Creo que alguien bebería informarme ciertas cosas _Inquiero y sus comisuras se elevan.

-Te lo iba a decir, pero con todo esto no había tenido tiempo, Alex me pidió matrimonio. Al comienzo me negué porque no quería que lo hiciera por compromiso. Sin embargo, me dijo que me ama _Relata con los ojos brillantes. Su sonrisa es remplazada con una mueca.

-¿Qué pasa? _Pregunto preocupada.

-Tengo miedo _Confiesa. Suspiro, es entendible que tenga miedo. Estamos ocultando demasiados secretos y tarde o temprano tantas mentiras traeran consecuencias catastróficas.

-¡Basta de miedos! Él te ama, tendrán un bebé y por fin podrás formar una familia _Agrego y asiente.

-Si se entera de la verdad, me odiará, Lucía _Asegura. Meneo la cabeza. Sería muy estúpido si se aleja de ella por algo que ninguna de las dos decidió.

-La única persona que sabe que tu estás aquí soy yo. Créeme cuando te digo que mis labios están y estarán sellados _Refuto.

-Antoni lo sabe, me vió en la última misión _Inquiere.

-Escúchame bien, no permitiré que nadie te haga daño. Tú me haz cuidado desde que te conozco, te debo muchas cosas y eres la única persona que jamás me dió la espalda _Le recuerdo lo que siempre le digo en situaciones así.

-Yo _Susurra. Alzo la mano en una clara señal de que haga silencio.

-Eres mi hermana y si alguien quiere tocarte tendrá que matarme primero _Aseguro, sus ojos se cristalizan.

-No merezco tenerte en mi vida _Inquiere y niego.

-Claro que sí, llorona _Aseguro con confianza, limpio las lágrimas que empañan su rostro.

-Son las hormonas _Masculla y ruedo los ojos.

-¿Saben ya quién cortó los frenos de tu auto? _Pregunta y niego. No quiero preocuparla con esas cosas ahora. Conociéndola como la conozco sé que sería capaz de asesinar a Gia.

-En lo único que debes pensar es en recuperarte, además tienes una boda que preparar _Inquiero y rueda los ojos.

-Tengo algo que hacer, regreso pronto _Inquiero y salgo de la habitación. Me  encuentro a Gia acariciándole el rostro al coronel.

-Teniente _Dice él y lo ignoro.

-¿Podemos hablar unos minutos, teniente Marshall? _Pregunto.

-Por supuesto _Responde. Cuándo me encuentro lo suficientemente alejada de Christopher la pego a la pared.

-¡Escúchame bien maldita perra! ¡Vuelves a intentar matarme y te juro que me importará una mierda que estés embaraza! ¡Entiende de una vez que matarme no te servirá de nada! ¡Christopher es Christopher y no cambiará por nada! Acéptalo como la mujer madura que se supone que eres _Le aconsejo. Me dispongo a irme, pero las palabras de la zorra hacen que me detenga.

-¡¿Sabes cuál es la diferencia entre tú y yo?! _Me grita y me volteo.

-¿Cuál? _Le pregunto.

-Qué un día Christopher se cansará de follar contigo. Como se cansa con todas, pero de mí no se puede cansar nunca, soy la madre su hijo. En cambio tú, estás tan hueca que ni siquiera puedes tener hijos _Agrega, respiro profundo para no sucumbir ante mis deseos de asesinarla.

Entre sus brazos ... [CM#1] ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora