Capítulo XXVI

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Christopher me observa aparentemente ancioso. Paso saliva con dificultad, las manos comienzan a sudarme y creo que las palabras no saldrán tan fácilmente de mi boca como esperaba. ¿Por qué es tan difícil? Solamente son dos estúpidas palabras. El coronel se percata de que no será nada fácil que yo inicie la conversación, así que decide agregar:

-¿Y bien?

-Yo _Susurro, antes de que pudiera decir algo más alguien abre la puerta de golpe, sobresaltándome en el acto. Paso mi mano por mi rostro con frustración. ¡Menuda suerte!

-Se necesita su presencia en este momento, el general Lombardy está esperando la videoconferencia _Inquiere la secretaria de Christopher sin apartar la mirada del tablet que sostiene en las manos. Me golpeo mentalmente.

-¿No sabe tocar la puerta? _Cuestiono, dejándole saber que no me gustó en lo más mínimo que entrara de esa manera. Sé que no tengo ningún derecho de inmiscuirme en la manera en la que Christopher trata a sus empleados, sin embargo, es una falta de respeto de su parte.

-Lo siento, pero esto es importante _Refuta y ruedo los ojos.

-Ya la escuchaste, lo que sea que tengas que decirme, puede esperar _Secunda el coronel y asiento resignada. ¿Cómo no perder las ganas de contarle que seremos padres si se comporta de esa manera?

Sale de la oficina junto a su secretaria. El único remedio que me queda es esperar, ¿por qué siempre tengo que esperar? Estoy en mi oficina con los nervios a flor de piel, cada minuto que pasa empeora mi estado.

-Teniente, los de mantenimiento lograron obtener algunas imágenes _Me informa Juliette cuando entra en mi oficina sin tocar. ¿Acaso no les enseñaron que debían tocar antes de entrar? ¿Cuántas cosas y malos tragos nos ahorraríamos si cumpliéramos algo tan sencillo?

-Envíame el archivo _Le pido y asiente. Esto debe mantenerse en absoluto secreto, por lo que agrego:

-Juliette no se lo digas a nadie.

A los pocos minutos de enviarme las pruebas que necesito en contra de la persona que está dándole información a mi loco medio hermano me quedo en shock por varios minutos, bueno..... No sabría decir a ciencia cierta cuantas veces vi aquella madita imagen.

-No puede ser _Susurro cuando recupero la voz. Tiene que ser una broma de mal gusto, ¿verdad?

Salgo de mi oficina con cada parte de mi cuerpo gritándome que acabara con la vida de ese informante que puso en peligro la vida de mis hijos. Distingo a mi mejor amiga hablando con el ministro. No pienso hacer una escándalo en el pasillo. ¡Estoy muy enojada!

-Necesito unos minutos a solas con la teniente Miler, ¿sería tan amable de dejarnos solas? _Inquiero con calma, no dejaré que las emociones me afecten todavía.

-¿Algún problema? _Pregunta Siena y niego. Pronto sabrá cuál es el problema.

-Solo necesito hablar contigo.

-Está bien, vamos a mi oficina _Musita y asiento. Todo el enojo, la impotencia, la rabia y la decepción deciden salir juntas.

-¡Dime que no!

-¡Di que fue un error!

-¿De qué hablas? _Cuestiona y aprieto los puños. Mi actitud es sumamente patética, pero, ¿cómo reaccionarían ustede si descubren que la persona que considerabas como una hermana te golpea por la espalda de una manera tan baja?

-Las cámaras te vieron entrando a mi oficina _Concluyo y palidece. Mis esperanzas de que se tratara de un error terminaron en ese preciso momento. ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!

Entre sus brazos ... [CM#1] ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora