Capítulo I

7.2K 286 10
                                    


Suspiro cerrando los ojos y acomodándome en el asiento del avión que tiene como destino Londres. No quería hacerlo, a pesar de mi arduo entrenamiento le tengo un terrible miedo. No a él, sino a lo que provoca en mí. Hace muchos años solíamos hablar por horas de cualquier estupidez. Fue mi refugio cuando estaba destruida y ahora voy en camino para ayudar a destruirlo.
Desde el momento que me enteré quien era mi padre supe el gran peso que tendría sobre mis hombros al apellidarme Macherano. Lo asumí, aunque eso me destrozara. Tenía que superar el hecho de que me había enamorado y establecido una relación con mi propio hermano por culpa de los secretos y mentiras que existían antes de nosotros nacer. Fue difícil, pero no imposible para mi padre. Me alejó lo suficiente para que nadie pudiera encontrarme, donde incluso yo misma me perdí. Una base de entrenamiento más rígida que una militar, donde no existe piedad, ni mucho menos compasión. Solo querían una máquina de matar que le sirviera a la mafia italiana.

Soy la mejor en lo que hago, sin embargo, no lograron su propósito, no soy un monstruo. Me costó demasiado, pero logré encontrarme. Regresar a casa era lo que más deseaba en el mundo. Un anhelo que quedó destruido al ver en lo que se había convertido el lugar que alguna vez llamé hogar. Mi hermano y primer amor, Antoni Macherano, cabecillas de la mafia italiana. Sabía que ese sería su destino, dejó atrás todo lo que una vez fue y eso me incluye a mí. La persona en la que más confiaba, su mejor amigo, su hermano, ahora es su peor enemigo, Christopher Morgan, coronel de la FEMF ( Fuerza especial militar del FBI ) entidad que lleva mucho tiempo detrás de mí familia. Ellos eran lo que más amaba en el mundo aunque tuvieran un carácter de mierda. El recuerdo de lo que alguna vez fueron aún está en mi mente, ya no puedo confiar, esto es una guerra en la que sólo uno saldrá victorioso. No importan los daños colaterales, no importa a quienes tengan que sacrificar, solo les importa acabar con su enemigo.

¿En qué bando estoy? No elegí, no tuve opción, apenas acababa de regresar y me subieron a un avión para que me infiltrara en la FEMF bajo el nombre de Lucía Prentys como teniente. Tengo que ser fuerte, no puedo dejarme vencer por estúpidos sentimientos que nunca ayudan en las guerras. Han pasado seis largos años, he cambiado mucho físicamente. Al inicio consideraba esto una misión casi suicida ya que Christopher puede reconocerme, pero siempre hay un plan B. Londres me recibe y tomo un taxi afuera del aeropuerto.

-¿A dónde se dirige? _Pregunta el señor regordete. Le entrego el pequeño papel con la dirección que me entregaron antes de partir. Media hora de camino y el taxi se detiene delante de un imponente edificio.

-Muchas gracias _Agradezo y le extiendo el dinero. Entro al edificio encontrándome con una señorita en la recepción.

-¿La nueva inquilina? _Pregunta y asiento. El edificio es bastante llamativo considerando que lo último que quiero es llamar la atención. El buen gusto de Antoni me hace confiar en que eligió algo de mi agrado.

-Lucía Prentys _Dice la morena mientras teclea algo en la computadora.

- Sí _Respondí y le entregué mi identificación.

-Departamento 23 _Musita y me extiende las llaves. Camino con calma, me detengo frente a la puerta que me indicó la chica de la recpeción. Antoni había pagado mi departamento bajo otro nombre. El contrato expira en seis meses. Solo espero que esto termine antes de los seis meses.

-Hogar dulce hogar _Es lo primero que digo cuando entro al departamento. Ruedo los ojos. Escojo una habitación y desempaco la maleta. Vuelvo a leer los expedientes del grupo más importante en el comando y sin lugar a dudas debo pertenecer a el. Ellos comparten la información privilegiada.

Me doy un baño, me cambio de ropa y me preparo la cena. Esto de leer una y otra vez los mismo papeles me aburre, sin emabargo, tengo que seguir preparándome para mi primer día en el comando. Afortunadamente soy teniente y no estoy en el último rango. Leo una vez más toda la información que necesito saber acerca de Lucía Prentys, ella sí existió y era muy buena en la central de Francia, pero en una de las misiones falleció. Debido a mi gran parecido físico con Lucía decidimos aprochar su muerte para que yo me hiciera pasar por ella. Los médicos alegaron que tuvieron que hacer una reconstrucción facial por los golpes infringidos. Después subí a un avión hacia Londres, toodo esto y había regresado hace dos meses.

Entre sus brazos ... [CM#1] ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora