Capítulo XXII

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Maratón 6/6:

Abro los ojos y observo a la doctora Milena junto a mi padre, Lucas y Lena. ¿Qué me pasó?

-¡Al fin despiertas! _Es lo primero que escucho. Lucas y los demás parecen aliviados de verme consciente. Me siento en la cama.

-¿Qué me pasó? _Pregunté. Sobo mis sienes buscando eliminar el dolor de cabeza que tengo. Necesito irme de aquí, tengo muchas que hacer. No puedo estar perdiendo el tiempo por cosas sin sentido. Me desamyé por la presión y el estrés al que me he visto sometida las últimas semanas.

-Necesito hablar a solas con la paciente _Pide Milena fijando su vista en mí.

-Por supuesto _Responde Lena. Sale de la habitación acompañada por Lucas.

-General, dije a solas _Repite Milena al ver que Luciano no tiene intenciones de retirarse.

-Es mi hija. Necesito saber que le pasa, no me voy a mover de aquí _Musita con evidente preocupación en la voz.

-¿Estás de acuerdo? _Me pregunta Milena. Comienza a asustarme. ¿Será algo grave? Lo último que necesito ahora es una enfermedad.

-Sí _Apoyo la decisión del general. Lo último que necesito es estar sola.

-Bien, lo diré sin rodeos _Agrega. Mi padre aprieta mi mano. Está igual de asustado que yo, me atrevería a decir que más.

-Estás embarazada _Anuncia la doctora, la observo como si tuviera cuatro ojos. ¡Estoy embarazada! El general está petrificado a mi lado. Un embarazo en estos momentos es muy arriesgado. Siendo quien soy, y teniendo el padre que tiene mi bebé. Antoni va a matarme si se entera.

-Te advertí que esto podía pasar. La inyección anticonceptiva es muy efectiva cuando se aplica regularmente. Estuve llamándote por dos semanas, y no me atendías _Milena continua hablando, siendo sincera no le estoy prestando atención a lo que dice. Me encuentro en un estado en el cual no sé si llorar, reírme, preocuparme, o celebrar.

-Necesito que te realices más pruebas, haremos un ultrasonido _Agrega. Asiento por inercia a lo que me dice.

-Voy a preparar las cosas _Nos informa antes de salir de habitación.

-Un nieto _Habla el general por primera vez. Creo que perdí mi voz, el nudo en mi gargante se hizo presente. Tendré un bebé del hombre que amo. Quizás no sea el mejor momento, pero soñé tantas veces con esto que me parece que puedo despertarme en cualquier momento.

-Hija, ¿no dirás nada? _Pregunta. Contengo las ganas de llorar, coloco las manos en mi vientre y lo observo.

-Pensé que sería imposible _Respondo, me regala una sonrisa que me reconforta. Cuando está cerca de mí siento que no estoy sola. Sé que en algún momento sabrá la verdad y lo perderé para siempre.

-Acabamos de darnos cuenta de que sí es posible _Inquirió. 

-Tengo miedo _Confieso.

-Estoy aquí contigo, y no tengo pensado irme a ninguna parte. ¿Entiendes? _Asiento. Me dolerá mucho perderlo cuando se entere de la verdad.

La doctora envió a un enfermero a buscarme. Salgo de la habitación en silla de ruedas. Esa mujer es exagerada, puedo caminar perfectamente, me encuentro con el coronel afuera de su habitación. Ya está vestido y camina con muletas. Puedo ver la frustración que tiene.

-¿Qué sucede? _Pregunta. ¿Debería contarle? Sí, tengo que contarle. No voy a cometer los mismo errores de años atrás.

-Christopher, que bueno que estás bien _Agrega el general. El coronel asiente levemente.

Entre sus brazos ... [CM#1] ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora