Una noche puede cambiarlo todo. Puede cambiar el destino de las cosas. Puede alterar tu futuro de maneras inexplicables. O también puede romper el corazón de quien más amas.
¿Cómo será verlo de nuevo después de todo lo que sucedió? Después de haber...
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Definitivamente sacaría brazos después de hoy. Aún era de noche, faltaban algunas horas para el amanecer. No me había demorado en traerlo a su departamento, conocía todo Londres como la palma de mi mano así que, no me perdí.
— Recuéstate aquí — lo dejé en el sillón. Él había despertado hace unos minutos y había mejorado aunque sea un poco. Lo único malo era que los sudores seguían y estaba totalmente empapado — Por Dios Louis, estás empapado.
— Eso sonaría mal si fueras tú la de la situación — rodé los ojos cuando dijo eso, ¿que no podía dejar sus bromas de lado al menos estando intoxicado? — Lo lamento.
— Te cambiaré eso. — me acerque pero tenía un terrible olor. Su cuerpo parecía una botella de whisky, era todo a lo que olía — Creo que deberías tomar una ducha.
— No puedo hacerlo solo. Debes ayudarme — lo miré, completamente segura de que no lo haría — Clay, enserio, no puedo mantenerme en pie.
Y ahí estaba Claire de nuevo, la que no podía decirle que no al inglés de ojos azules que estaba indefenso en el sofá de su casa.
— Me deberás una muy grande William — fui al baño para abrir el grifo y que el agua caliente, fue rápido, que satisfacción.
— ¿Me voy sacando la ropa? — preguntó desde la sala — olvídalo no puedo mover los brazos.
Solté un suspiro, solo lo ayudaría a ducharse, y me iría a casa, bueno a casa de Liam.
Regresé al gran salón principal, y de nuevo tuve que hacer toda la preparación para poder ir de un lugar a otro. En el amplio baño, estuvimos ambos en el piso y me entró el nerviosismo de que lo iba a ver sin camiseta después de tanto.
