Una noche puede cambiarlo todo. Puede cambiar el destino de las cosas. Puede alterar tu futuro de maneras inexplicables. O también puede romper el corazón de quien más amas.
¿Cómo será verlo de nuevo después de todo lo que sucedió? Después de haber...
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Semana 10 25 / octubre / 2018
Tres meses de embarazo, me siento tan afortunada de poder decirlo. He sido cuidadosa en todo este tiempo, Louis ha sido la pareja perfecta también. Aún no entiendo como puede aguantar mis cambios de humor.
Son las 2 de la mañana y no entiendo porque tengo tantas ganas de comer helado de fresa. Me pongo de pie con cuidado de no levantar a Louis, y voy a la cocina. Una vez ahí, me pongo a buscar helado y me doy cuenta que no hay nada, absolutamente nada que tenga fresas. Y por más tonto que parezca, me pongo a llorar en la cocina, y luego lloro más cuando me pongo a pensar en lo tonta que me veo.
— ¿Clay? — escucho la voz de Louis, quien bajaba descalzo, sobándose los ojos — Amor ¿qué pasa?
— Es que- es que quiero fresas, y no hay fresas — sollozo. — y no quería despertarte y ahora te levanté, y ahora ya no podrás dormir — el llanto se hace más intenso y no puedo controlarlo.
— Clay, cariño, te prometo que iremos mañana a compartir todo el helado de fresa que quieras ¿si? — se acerca a mi, y trata de abrazarme — vamos a dormir ¿si?
— Está bien.
Me ayuda a ponerme de pie y vamos juntos a nuestra habitación. Nos recostamos, y él pasa sus brazos por mi cuerpo. Siento que él se queda dormido en poco tiempo pero yo, yo no puedo dejar de pensar en la fresa.
Y no entiendo porque, pero vuelvo a llorar. Siento a Louis removerse detrás mío y se que se ha despertado de nuevo.
— Clay, ¿que sucede ahora?
— Que quiero fresa, Lou.
— Dios, ayúdame — lo escucho decir, y vuelvo a llorar — Clay, mi vida, son casi las 3 de la mañana ¿de donde quieres que saque helado de fresa?
— Pero yo no te estoy pidiendo que me consigas, solo esto sufriendo en silencio. Pero tampoco quiero decirte porque tendrás que salir tan tarde a cumplir mis caprichos.
Ni yo misma me soportaría.
— Escúchame Clay, iré a ver si consigo helado ¿si? Ya no llores. Conseguiré tu helado. — soy testigo de cómo se pone de pie y se pone un abrigo para salir y me siento muy culpable ahora.
Louis toma las llaves del auto, su billetera y antes de que salga, quisiera que ya no lo haga. Es que, iba a salir con mucho frío y, de seguro tenía sueño.
