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Observo nuestras manos entrelazadas y aún no lo creo. Parecía que estaba dentro de un sueño del que no quería despertar jamás. Estaba tan feliz. Jamás me había sentido así de feliz antes. Era como una emoción nueva. Una aceleración en el corazón que no me permitía dejar de sonreír.

—Estas preciosa—vuelve a decirme él. Sonrío con alegría. Tenía mi cabeza recostada en su hombro y nuestras manos entrelazadas estaban sobre su pantorrilla izquierda—Clay, te juro que cuando te vi,—movió su cabeza, para que así me mirara a mi y no hacía al frente. Hice lo mismo y apoyé mi mentón en su hombro, para mirarlo también—sentí que perdía la fuerza en las piernas. Me mentalicé con que no lloraría porque sabes que no me gusta hacerlo, pero no pude contener las lágrimas. Carajo, nunca me había sentido tan feliz.

—Lou, me estás haciendo sonrojar, tonto.

—Y tú me estás haciendo el hombre más feliz del mundo. Te juro que no hay nada más que pueda desear. Es más, ya no quiero nada más. No existe algo que supere la felicidad que me has dado al decirme que si.

—Siempre te diré que si. Diría que si mil veces más—acerca su rostro al mío y une nuestros labios. El beso dura unos largos segundos, hasta que me separo porque necesito respirar—¿por que no me dijiste que prepararías algo? Yo no pude decirte nada.

—No es necesario. No necesito que hagas un discurso para saber lo que sientes por mi. Me demostraste demasiado al perdonarme y darme una oportunidad más. ¿Que otra muestra de amor necesitaría?

—No me equivoqué en darte una oportunidad. Gracias por no romper mi corazón, Lou.

—Jamás volvería a cometer ese error, Clay, jamás en mi vida.











[...]











Llegamos a la recepción y todos nos reunieron con aplausos y con confeti. Realmente, esto fue algo que no sabía que harían. No estaba en los planes que celebraran nuestra entrada de esta manera, pero lo amé.

La decoración, el lugar, la vista, el mar, la piscina, todo hacía ver este lugar de ensueño. Era perfecto. Seguimos con todo lo acordado. La ceremonia respectiva, las palabras de parte de distintos amigos y familiares nuestros, que me hizo derramar algunas lágrimas.

Luego Ed nos cantó una canción. La cual Louis y yo bailamos en el centro de la pista. Todos nos tomaban fotografías y nos celebraban. Sentía que estaba en la mejor noche de mi vida. Como ese momento que sabes que nunca se irá de tu cabeza. Que cada vez que pienses en el, podrás recordar hasta el más mínimo detalle.

Le agradecía tanto, de que haya querido cumplir todo lo que yo deseaba. Que no haya puesto ninguna objeción en alguna decisión que yo tome.

— Te ves demasiado hermosa. No me cansaré de decírtelo, toda la noche y si es posible toda la vida. Te amo demasiado, mi amor.

—Te amo aún más, a ti y a nuestra familia. Lo que hemos logrado juntos. Como hemos madurado. Como hemos trabajado en ser mejores para el otro—lo beso cortamente, y al separarnos ambos tenemos una enorme sonrisa en el rostro.

En un momento, mamá me entrega a Crys. La tomo entre mis brazos y cuando nos veo, a los tres, a nuestra familia, siento que he alcanzado el nivel máximo de la felicidad.

Ambos miramos a nuestra hija. Sus intensos ojos azules brillaban aún más por todas las luces que habían. Terminamos de bailar la pieza con ella en mis brazos.

𝑨𝒍𝒘𝒂𝒚𝒔 𝒚𝒐𝒖 | 𝗟𝗼𝘂𝗶𝘀 𝗧𝗼𝗺𝗹𝗶𝗻𝘀𝗼𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora