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Son las 4 de la mañana

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Son las 4 de la mañana.

Cuando escuchaba a mi madre y a distintas mujeres decir que ser madre es mucho más difícil de lo que parece, no creí que lo podría confirmar tan rápido.

Estaba con una migraña terrible. Creo que solo había dormido 20 minutos, y en la peor posición del mundo, sentada.

Volví a intentar tomarle la temperatura a Crystal, pero era imposible lograr que se quedara quieta. Estaba fastidiada, lo entendía, pero solo rogaba porque se mantenga inmóvil.

— Por favor, Crystal, amor, tienes que dejarme ponerte esto ¿si? — le señalo el termómetro, tengo la esperanza de que ella aunque sea le tomará un poco de interés, pero en vez de eso, solo vuelve a romper en llanto — No, no llores, por favor.

Y aquí íbamos de nuevo.

Estiré mi brazo para llevar al celular, con una mano la sostenía a ella, que se encontraba en mis piernas, y con el otro me preocupaba en escribirle al doctor, para saber a qué hora podía pasar hoy, cuando sea más tarde.

En resumen, Crystal había enfermado, estaba asustada como nunca en mi vida, Louis no estaba, estaba totalmente sola, mañana se supone que deberíamos viajar a Los Ángeles, tengo todas las maletas a medio hacer, no he dormido nada, no he comido nada y no se que hacer ni como actuar hacía una bebe enferma, mi bebé.

— Bien, considero que deberíamos de ir a emergencias, bebé.

Marco por décima vez al número de Louis, estaba entrando en la desesperación más grande de mi vida. Ella tenía la temperatura algo elevada, y necesitaba ir a emergencias, pero no podía manejar yo.

Ayer fue la final de The X Factor, Louis ganó, junto a su participante. Estaba demasiado feliz por él, estaba orgullosa de lo que había logrado.

Ya que ganaron, iban a ir a una fiesta, en la que irían todos, y él no iba a hacerlo por estar con nosotras, pero consideré que merecía celebrar y tener un momento para él con sus amigos, pero ahora mismo, lo necesitaba aquí.

— Louis, por Dios, respóndeme.

Seguía con el llanto de Crystal, sin poder calmarla. La mecía, me levanté, caminé con ella por toda la casa, intenté que coma, no quiso, intente que duerma, no quiso. Definitivamente, tenía que llevarla al hospital.

Busqué entre mis contactos a alguien que esté en Londres y me pueda ayudar. Recordé que mi padre estaba aquí, gracias a todos los cielos.

— Hola papá, lamento que te llame a estas horas, pero necesito que me hagas un favor.






(...)





Eran las 6 am, había estado en la clínica dos horas. Los doctores me insistían que Crystal estaba bien, pero yo también insistía en que debían de monitorearla más.

𝑨𝒍𝒘𝒂𝒚𝒔 𝒚𝒐𝒖 | 𝗟𝗼𝘂𝗶𝘀 𝗧𝗼𝗺𝗹𝗶𝗻𝘀𝗼𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora