Una noche puede cambiarlo todo. Puede cambiar el destino de las cosas. Puede alterar tu futuro de maneras inexplicables. O también puede romper el corazón de quien más amas.
¿Cómo será verlo de nuevo después de todo lo que sucedió? Después de haber...
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Abrí los ojos poco a poco, los sentía algo pesados y cuando estuvieron completamente abiertos, la luz me fastidiaba en exceso.
Estaba un poco desorientada. Me sentía cansada, levante un poco mi mano, tenía un aparato ahí, que siempre me decían el nombre y yo nunca me lo aprendía.
Baje un poco la mirada, tenía puesta una de esas batas horribles de hospital. Estaba en el hospital, ¿por qué? Entre en un pánico terrible, lo último que recordaba era haberme sentido pésimo cuando llegamos de Bélgica después de horas de vuelo y ahora despertaba y estaba aquí.
Miré hacia un lado, preocupada de saber un poco más sobre lo que estaba sucediendo, las persianas estaban bajas pero suponía que no era tan tarde, entonces podría decir que habían pasado unas horas desde qué pasó lo qué pasó.
Giré hacia el otro lado y me encontré con la imagen de Louis, sentado en el sillón que había a un lado, con un papel en las manos. Desde aquí y en esa posición, podía darme cuenta de que lucía fatal.
— Louis... — mi voz salió en un susurro, me sentía algo débil. Él giró al oír mi voz, pero mis alertas se encendieron cuando lo vi secarse las lágrimas rápidamente, procedió a ponerse de pie y se acercó a mirarme.
— ¿Como estas? ¿Cómo te sientes?
— No me siento muy bien — intenté pasar saliva pero la garganta me dolía demasiado — Quiero agua, por favor.
— Bien, traeré agua.
Salió de mi cuarto, dejándome sola ahí. Toda mi preocupación estaba ahora, en el bebé, si estaba bien, si algo malo había pasado o si era la causa de que me haya puesto mal, no tenía idea pero quería saber. Otra preocupación era que no le dije a Louis, pero se que puedo contárselo cuando salga de aquí, definitivamente.
Louis volvió a entrar, con una botella de agua en la mano pero no estaba solo, le seguía un doctor.
— Buen día, Claire.
¿Buen día? ¿Que hora era? ¿O qué día era?
— Hola.
— Aquí tu novio me dijo que recién despertaste — yo solo afirmé, porque me dolía la garganta como para hablar — ¿cómo te sientes ahora?
— Algo cansada y débil — él anotaba conforme yo le decía las cosas — y me duele mucho la garganta.
— Eso podemos entenderlo, puede ser por las horas que no has ingerido nada líquido. Ahora, lo del cansancio y la debilidad se debe a todo el desgaste físico que has hecho. Louis nos comentó que estuvieron en un festival, eso implica que no duermas, que no comas adecuadamente y que estés en un ambiente tóxico por todas las sustancias que se consumen al rededor.
Había sido muy irresponsable, haber ido a ese festival fue la cosa más irresponsable que he hecho en mi vida. Se supone que ya no soy solo yo, hay una vida formándose en mi vientre y yo no me preocupé lo suficiente por eso.
