Capítulo 16

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No le quise decir nada a mis padres del número desconocido, ni tampoco sobre que vi a los asesinos más buscados frente de la casa, solo quiero proteger a mis padres y a las personas que siguen en la lista de esos dementes, y si yo puedo hacer algo para evitarlo, lo haré. Antes de irme a la secundaria mi madre me preguntó que me había pasado en la mejilla, le dije que pegué con el borde la ventana en la noche, lo dudó, pero se lo terminó creyendo.

Iba para clases con la señorita Torres, Alisa estaba sentada a mi lado con su mirada enfocaba en mí.

—¿Qué me ves?— le pregunté mientras bebí un poco de agua.

—Te ves mal, ¿todo está bien en casa Haylee?— ella me preguntó con una mirada triste —. Te ves pálida, mira tus labios están rotos y secos, tienes ojeras, ¿te encuentras bien?— me volvió a preguntar.

—Estoy bien— una mentira que solemos decir con frecuencia, ¿no es así?

—Cuéntame Haylee, yo se que no estás bien— ella suspiró, bajé mi mirada y negué con la cabeza.

—Tengo miedo Alisa— admití —. Daila ya no está aquí, y yo, sabes que olvídalo— hice una pausa y la miré —. Mi vida ha cambiado mucho y tengo miedo— admití —. Es eso nada más.

—Haylee, todos tenemos miedo, hay asesinos sueltos, eres valiente Haylee, tú puedes luchar con todo, y jamás te rindes, te conozco y se que puedes estar apunto de rendirte y no lo haces, Haylee, yo te admiro, no sé si estés pasando por algo más, pero sea lo que sea lo vas a poder solucionar— ella sonrió —. Ven aquí— me abrazó.

—Gracias Alisa, te quiero tonta— le sonreí.

Lo solucionaré, lo sé.

—Hey, Haylee— Allen un compañero de clase me llamó —. Es tarde y la señorita Torres no ha llegado, ¿sabes algo sobre ella?— me preguntó.

Negué con la cabeza y un presentimiento malo llegó.

—Buenos días chicos— el director entro por la puerta del salón —. Espero que se encuentren muy bien, la señorita Torres hoy no registró su firma— cada profesor antes de dar la clase tiene que firmar una hoja para saber que si llegó, este lugar es muy estricto con los profesores —. ¿Alguno de ustedes sabe algo sobre ella?, la hemos llamado pero no contesta— él nos miró a todos con seriedad.

—No— respondí —. No sabemos nada sobre ella.

Más presentimientos malos.

—Bien chicos, lecciones libres, seguro está enferma o se le hizo tarde— él sonrió —. Lindo día.

—Haylee— Alisa me llamó mientras me ponía de pie —. Haylee— me volvió a llamar.

—¿Qué pasa?— fruncí mi ceño —. Algo anda mal.

—Eso te iba a decir bruta— ella colocó su bolso en su espalda —. Ella nunca falta a las lecciones, sabes que ella siempre viene para ver a I...— se tapó su boca con su mano —. Perdón no tuve que decir eso, mierda.

—Alisa, tranquila— le sonreí —. Ya superé esa parte, de todo lo que hizo Izan eso fue lo menos que me dolió— bajè mi mirada y le sonreí —. Tranquila, de verdad no pasa nada.

—Sigo queriendo matarlo sabes— volteó los ojos cuando miró a la puerta del salón —. Hablando del rey de roma y él que se asoma.

¿Cuándo un chico entiende que te deje en paz?

—Si no quieres hablar con él yo voy y le digo, así lo reputeo por idiota— me guiñó el ojo.

—No, está bien, ojalá se disculpe— susurré.

3:33Donde viven las historias. Descúbrelo ahora