Capítulo 27

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Haylee.

Una semana sin saber nada de los gemelos, mañana era primero de agosto, otro mes de mierda. Mamá estuvo muy preocupada por las voces en mi cabeza, se han descontrolado e incluso ahora veo 3 sombras siempre a mi alrededor, tengo que parpadear un par de veces para que se vayan, me siento vigilada todo el tiempo, siento que esas personas tienen algo que ver con los 3:33, el martes me fui a correr, cuando pasé por esa casa un chico tal vez de unos 26 años estaba afilando un hacha afuera en su patio, cuando se me quedó viendo fijamente salí corriendo, sentí el verdadero terror.

Le dije a mis padres que necesitaba un doctor, las voces en la madrugada no me dejan dormir, he escuchado más palabras fuera de lo común, invitándome hacer cosas extrañas, yo solamente las ignoro, mis padres se negaron a llevarme al doctor, no tengo ni la menor idea del porqué. Me paso viendo por mi ventana la casa de los gemelos y lo único que veo es a la señora Hall saliendo y entrando por su trabajo, si he visto a Jayden y a Matt, pero solo una vez, los vi en uno de sus autos vestidos de negro con cadenas en sus pantalones, la verdad se veían guapísimos, como los chicos son blancos el negro les resalta.

Es Domingo y son las 3:00 am, sé que no tengo que estar despierta a estas horas, más que los 3:33 andan ahí sueltos, pero las voces en mi cabeza no me dejan ni cerrar los ojos, son insoportables. Miro mi ventana llena de cadenas, trato de cerrar fuertemente mis ojos para poder dormir pero escucho un pequeño chasquido en la puerta de mi habitación como si estuviera abriéndose.

Mi corazón se aceleró hasta poder sentir que se quería salir de mi pecho, ¿y si son los 3:33?

No abro mis ojos por miedo a ver 4 asesinos al frente mío, de repente una mano tapa mi boca y del susto abro mis ojos de un solo. Me encuentro con unos ojos que reconozco muy bien, Matt tiene su dedo en su boca diciéndome que haga silencio, Jayden está a su lado con una sonrisa burlona escondiendo algo detrás de su espalda.

—Te voy a quitar la mano de tu preciosa boquita pero no grites, no queremos que tus padres sepan que estamos aquí— Matt hablaba con susurros, quitó su mano de mi boca lentamente.

—¿Están locos?— susurré furiosa —. Son las 3 de la mañana y ustedes afuera, ¿acaso no les da miedo?— ellos negaron con la cabeza —. Espera, ¿cómo entraron?

—Hay una puerta detrás de tu casa, parece que se le olvidaron cerrarla bien— Jayden susurró —. Te trajimos esto— saco de su espalda mi libro, MI LIBRO, ¿ellos lo tenían?, claro que sí, ME LO ROBARON.

—¿Me robaron el libro?— susurré más furiosa.

—Sí— contestó Matt tranquilamente.

Y lo admiten, pero que descaro.

—¿Sabían que eso es un delito?, entrar a una casa y robar las pertenencias, podrían ir a la cárcel.

—Tú no nos mandarás a la cárcel— con el tono que Matt dijo eso me aseguró que estaba muy seguro de lo que decía.

—Lo puedo hacer— afirmé defendiéndome.

—Pero no lo harás— Jayden me miró enarcando su ceja.

—¿Cómo saben que no lo haré?

—Tus ojos dicen, "jamas acusaría a mis vecinos sexys, por mí que se roben todo lo que quieran"— Matt remedó mi voz, y claro que esa no era mi voz, me reí viendo a Jayden con el ceño fruncido mientras miraba a Matt.

—No vuelvas hacer esa voz— Jayden lo amenazó.

Me reí al verlos como estúpida.

—Haylee, ¿nos quieres hablar un poco de esos dibujos?— Jayden se sentó en el suelo colocando sus manos en la orilla de la cama, Matt lo imitó.

3:33Donde viven las historias. Descúbrelo ahora