Capítulo 3

679 62 52
                                    

Ayer en la secundaria todos hablaban sobre los gemelos Hall, los rumores de los nuevos y atractivos gemelos eran famosos, cada vez que pasaba por algún pasillo escuchaba a las chicas hablar sobre ellos, pero también sobre mí, me sentía un poco incómoda porque nunca había estado en la boca de varias personas, simplemente era como un fantasma en la secundaria, hasta ahora.

"Ella entró junto a ellos", "se parecen mucho", "dicen que son sus vecinos", "jamás alguien como ella lograría conquistar a uno de ellos", "¿quién es esa chica?, ¿estudia aquí?"

Esos y otros más comentarios escuchaba en cada pasillo sobre mí, por otra parte los comentarios de los gemelos eran distintos , y claro, estaban más en la boca de las chicas que en la de los chicos.

"Son tan sexys", "si no puedo con uno es con el otro", "los gemelos Hall son los más buenos de la secundaria", "son tan guapos", "están muy buenos, tendrán a todas a sus pies."

Sí, así eran esos tipos de comentarios, y no lo voy a negar, la verdad si estaban buenos, pero son muy raros.

Hoy entraba a las nueve y veinte de la mañana a mi secundaria, sentada en la mesa comiendo cereal me puse a pensar una y mil veces las palabras de Jayden, "bienvenida, Haylee", ¿a que se refería?¿Será que él sabe algo que yo no sé o simplemente lo hace por jugar?

Es la hora Haylee, matar, el cuchillo Haylee.

—No,no,no— incliné mi cabeza hacia abajo colocándola en mis brazos que se apoyaban en la mesa, volví a ver hacia arriba y estaba todo borroso, mi cabeza recordó las sonrisas de los gemelos, mierda me duele la cabeza y mucho, la sacudí a un lado y a otro retomando la conciencia de nuevo —. ¿Qué me pasa?— susurré.

No sé que me está pasando pero ya no es la primera vez que escucho estas voces, la cabeza me palpita cada vez que se escuchan, mi vista se pone borrosa como si me faltara lentes, tal vez si trato de alimentarme mejor se me pase, anemia podría ser lo que me esté sucediendo.

Me levanto de la mesa llevando el plato a la cocina y lo lavo.

—Hija, estaba hablando con la nueva vecina— su gesto era serio pero tranquilo.

—¿Qué te dijo?¿Qué pasa?— la miré fijamente con atención.

Que no se de cuenta que caminé sola con los gemelos desconocidos, por favor, que no se de cuenta.

—Me dijo que te diera las gracias por darles la bienvenida a sus hijos en la secundaria— se cruzó de brazos —. Haylee aún no tienes nuestro permiso de juntarte con ellos.

Mierda.

—Mamá, ellos me agarraron por sorpresa yo iba caminando como siempre lo acostumbro y ellos me pidieron que los acompañara, igual íbamos para la misma secundaria y por el mismo camino, no podía ser tan mal educada y decirles que no— inhalé y exhalé.

—Tranquila hija no te alteres, solo que ten cuidado, aún no sabemos mucho de ellos— me miró fijamente —. No quiero que te llegue suceder algo.

—Lo sé mamá, tranquila— la abracé —. Tendré cuidado, ¿qué dice papá al respecto?

—No le contaré que caminaste con ellos a solas, pero en la madrugada estuvimos hablando y a tu padre le parecen agradables, pero ya sabes las apariencias engañan— suspiró —. Puedes hablarles, claro, pero mantelos lejos, lo más posible hasta que te de autorización con tu padre.

—Lo haré, solo que es un poco difícil o será difícil, soy la única que conocen por el momento y me seguirán hablando, bueno aunque no les hará difícil hacer amigos, ya son populares en la secundaria.

3:33Donde viven las historias. Descúbrelo ahora