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Capítulo 10

—Corre Haylee, corre— la voz asustada de Daila me gritaba —mira donde te estás metiendo Haylee

—Daila, no te veo, por favor ayúdame— todo el lugar estaba negro, un viento fuerte alborotaba mi cabello y haciéndome entrecerrar mis ojos

—Vienen a ti Haylee— una advertencia salía por su voz -no confíes, no seas curiosa, quédate quieta Haylee— ella estaba llorando, no la veía pero entre tantas ráfagas de viendo podía saber que esa era su voz

—Daila yo....yo hice algo muy horrible de pequeña— caí sobre mis propias rodillas —ya no se quien soy, estoy perdida, tengo miedo— pase mis manos por mi cabeza acomodando mi cabello hacia atrás —ayúdame —susurré

—Haylee— su voz llena de dolor volvió a sonar, una luz en medio de la oscuridad apareció, era ella, Daila, llevaba un vestido blanco pero estaba....estaba llena de sangre, desde su cabello caían gotas de sangre, su cara apenas se podía diferenciar —vives en una gran mentira, y las personas más peligrosas son las que te ayudarán de la peor manera a descubrir la verdad— ella estiró su mano temblorosa llena sangre hacia mi, mis ojos con lágrimas la volvieron a ver —ellos son la proyección de la mentira que vives, júzgalos, senténcialos pero siempre estarán viviendo en ti...

—No,no, no— negué con mi cabeza —quienes son ellos Daila— su mano seguía estirada a donde mi, pero no la tomaba tenía miedo —quienes son ellos— volví a preguntar

—Los 3:33– una ráfaga de viento me hizo caer hacia atrás, levante mi mirada y al rededor de Daila había 4 personas, sus cabezas envueltas en gasa blanca con manchas de sangre, sus manos también envueltas en gasas pero....pero estas tenían mucha sangre, ya no eran blancas, solo se les veía un ojo por la gasa de la cara, no...no sabía quienes eran, pero si sabía que eran los 3:33, uno tenía una hacha en sus manos, otro tenía dos cuchillos en cada mano, otro una soga y el otro una daga, no sabía si eran hombres o mujeres, no podía diferenciarlos, sus cuerpos llevaban prendas negras como la oscuridad, tenia mucho miedo, Daila estaba en medio de ellos

—Daila aléjate— grité —corre por fa...

No terminé de decir las palabras cuando el que tenía el acha se lo clavó en el estómago, un grito de terror salió por mi boca, Daila abrió sus ojos y empezó a escupir sangre, el de la soga se acercó a ella y colocó la soga en el cuello ahorcándola.

—No— grité —por favor déjenla— me pare del suelo y camine hacia donde ellos, saque el hacha del estómago de Daila pero ella cayó hacia atrás, muerta, de nuevo.

Mis manos ahora estaban llenas de sangre, tenía una hacha en la mano y a 4 asesinos a mi lado, me quede viendo a Daila cuando una voz en mi oído susurró:

—Huele el olor a sangre— sus manos con la gasa en ellas pasaron por mi nariz —es un olor que te gusta, el peligro es tu olor natural Haylee, te atrae la oscuridad, el misterio y la sangre