Capítulo 34

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Horas antes, Haylee Wilkes.

Subí a la habitación rápidamente, Matt tiene razón me podría enfermar si no me cambio rápido, maldito Jayden Hall y su humor de mierda. Cierro la puerta de la habitación mientras con mi mano trato de alcanzar las tiras que sueltan mi corset blanco, mientras lucho por alcanzarla miro al frente y en el escritorio veo un par de cuchillos filosos, dejo las tiras para luego y camino lentamente hacia el escritorio, las voces de un momento a otro atacan mi cabeza, haciéndome cerrar los ojos con fuerza.

Bienvenida, matar, sangre, 3:33 Haylee, cuchillos, hazlo.....

Eran demasiadas fuertes para lograr escuchar la escandalosa música, cuando traté de abrir mis ojos alguien me agarró por los hombros y me lanzó fuertemente a la cama haciéndome pegar la cabeza a la pared bruscamente, ahora no solo me dolía la puta cabeza por las voces, ahora por el golpe también, traté de enfocar mi vista a la persona que tenía en frente, no lo lograba, la vista la tenía empañada gracias a las risas y a los susurros en mi cabeza, la persona se me lanzó encima y luego noté que era Izan.

—Eres una maldita zorra, ¿Te crees mucho porque te acostaste con tu noviecito?, habla maldita perra— el chico me sujeto por los brazos fuertemente mientras se encontraba encima de mi —no fuiste mía cuando salíamos, pero ahora lo serás Haylee, no quisiste por las buenas, será por las malas, pero de que serás mía, lo serás maldita perra..

—S-suéltame hijo de puta— grité llorando, Izan empezó a besarme asquerosamente por mi cara, bajaba por mi cuello y tenía una mano apretando uno de mis pechos por encima del carset —eres un maldito asqueroso— chillé llorando

Y aquí fue donde descubrí quien era en realidad, y pasó en tan solo segundos, Izan trataba de violarme, en un momento las voces me hicieron débil, la vista la tenía borrosa, risas tenebrosas resonaban por mi cabeza en eco, y las voces insinuándome a matar se hicieron mucho más intensas, me sentía inútil y pensé que sería violada por mi ex novio hasta que en un abrir y cerrar de ojos aparecieron las sombras, esas sombras tenebrosas y escalofriantes.....

Izan empezó a subir una de sus manos por mi pierna, y de un pronto a otro lo pude separar de mi haciéndolo caer en el suelo, me puse de pie rápidamente tratando de pasar al otro lado para salir corriendo por la puerta, Izan agarró mi tobillo haciéndome caer al suelo, me arrastre un poco lejos de él, Izan se puso de pie agitado y molesto.

—No te librarás de mi hasta que seas mía de una vez Haylee, ¡REGRESA A LA PUTA CAMA!— gritó tan fuerte que me hizo ponerme de pie de un solo tiro, todo mi cuerpo temblaba descontroladamente

La parte trasera de las piernas de Izan tocaban el borde de la cama, miré atrás de él y habían 3 sombras observándome con sus ojos rojos, caminé hacia ellas, hasta que Izan me agarró por la cintura, y por primera vez en mi vida le hice caso a las voces y me deje llevar por ellas, de un solo estirón mi mano tomó un cuchillo del escritorio, al momento de tomarlo se deslizó por el cuello de Izan con una gran fuerza salpicando mi cara de sangre, él empezó a soltar unos gritos agudos mientras se ahogaba y ahí fue donde me volví loca. Agarré el cuchillo con ambas manos y se lo clavé en el pecho, unas lágrimas rodaron por mis mejillas mientras tenía una sonrisa en mi rostro terrorífica, me lancé encima de Izan cayendo en la cama, empecé a clavarle el cuchillo en su pecho una y otra vez, en ese momento no tenía temor, tenía odio hacia él, cada vez que clavaba el cuchillo sentía un gran peso que me sacaba encima, era satisfacción, en ese momento no entendía que decían mis voces internas, hasta que volví a ver al frente y vi por primera vez las sonrisas de esas sombras, me miré a mi misma y estaba cubierta de sangre.

Miré a Izan y tenía el cuello con un gran corte, salía sangre descontroladamente, y ahí fue donde los vi, los gemelos Hall, estaban observándome con una sonrisa de medio lado, volví a ver hacia abajo y entré en cuenta que había matado a mi ex novio, Matt se acercó rápidamente sin dejarme decir una palabra, un leve dolor llegó a mi brazo y ahí vi que Matt Hall me había inyectado, y en poco segundos, todos se oscureció......

3:33Donde viven las historias. Descúbrelo ahora