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Capítulo 32

Haylee Wilkes.

Es 16 de agosto, significa que es el cumpleaños de los gemelos, mamá y papá se fueron el 14 como lo tenían planeado, me advirtieron de tener cuidado y que cualquier cosa avisara, aunque estaban molestos por la pelea que tuve con Chloe me abrazaron como nunca, la verdad es que aunque me mientan los amo. Durante estos días las voces no me han dejado en paz, y cada vez me causan más miedo, solo espero que los gemelos me lleven con esa persona para que me pueda ayudar, tengo miedo de las voces y de mi misma.

Se supone que la fiesta es a las diez de la noche, Alisa dijo que iría, y casi toda la secundaria también, al parecer los gemelos lo publicaron en la página de chismes, así le digo a la página porque uno se entera de todo. Eran las ocho de la noche y me encontraba alistándome, me vestí como Matt me lo pidió, usaba una falta blanca junto un daisy corset blanco que hacía resaltar un poco mis pechos, también usaba unas botas blancas altas que tenía en mi armario, casi nunca las usaba, pero me pareció que para esta ocasión me servirían, y por supuesto me compré unas hermosas alas blancas con una aureola que decoraba muy bien mi cabello castaño, me veía increíble.

Estaba ansiosa, si ese desconocido está en lo cierto y no me miente, los asesinos estarán ahí, y por una vez podré averiguar sus identidades, no me puedo rendir ahora que estoy tan cerca de averiguarlo, por otro lado me siento extraña por estar mal con Jayden, él me mira con esos ojos perfectos que me hacen sentir los pelos de punta, su mirada me intimida y mucho más ahora, me pone nerviosa saber que me mira cuando él fue quién me dejó claro que solo fui un juego, estos días lo he notado observándome por la ventana de su casa, solo me espía, o al menos eso siento y la verdad es que me incomoda, me da pavor pensar en si estará planeando algo.

Las dos horas pasaron rápido mientras me maquillaba, me puse un poco de sombra de brillitos, me unté rimel y labial transparente que dejaba mis labios con un brillo precioso. Me fijé por mi ventana viendo como las personas llegaban con sus disfraces, la música era lo suficientemente fuerte para hacer mi ventana vibrar, van a estar muchos disfrazados no sé como haré para distinguir a los 3:33. Salí de mi casa cerrando la puerta con llave, si alguien entra a la casa y roban mis padres me matarían.

Entré a la casa de los Hall, adentro había muchas más personas, desde afuera casi ni se notaba, el olor a alcohol y cigarrillo llegó a mi nariz haciéndome hacer un gesto desagradable, apenas empezaba la fiesta y el olor era demasiado asqueroso, soporto a los gemelos fumando pero este olor me dará una fuerte migraña, es exageradamente desagradable. Las luces se encontraban apagadas pero habían luces de colores que se movían de un lado a otro por todas las partes de la casa, caminé a la cocina para buscar a los gemelos y desearles un feliz cumpleaños, aunque me da la espina de que algo saldrá mal con los 3:33 y de felices no tendrá nada.

Entré a la cocina y me quedé inmóvil al ver a los gemelos sentados en la mesa cargando un vaso de ron, y no, no me quedé como boba por eso, si no por como están vestidos. No sé si es por tantas personas que me agarró calor o es por verlos de esa manera, ambos vestían igual, traían un pantalón de vestir negro, no traían camisa, sus biseps estaban a toda vista, pero eso no me impactó, lo que me dejó perpleja fue que traían sus tatuajes a vista de todos, y no puedo creer lo guapos que se ven, no tengo palabras para explicar como me siento en este momento, sus brazos estaban completamente cubiertos por tatuajes diferentes, pero pude notar las mariposas en ambos, Dios mío se veían tan rudos, Jayden traía el cabello mojado, Matt lo tenía seco pero desacomodado al igual que su hermano, traían unas alas negras junto una aureola negra en sus cabezas. Quiero que esta siga siendo mi vista por el resto de mi vida.

Me quedé unos segundos asimilando el físico verdadero de ambos, sus ojos entre azules y grises eran jodidamente perfectos, sus tatuajes hacían resaltar sus músculos y ni hablar de sus biseps, mi cuerpo siente una corriente caliente que lo recorre por completo, mis manos empieza a sudar y estoy nerviosa de hablarles, en especial a Jayden, se ve fantástico con ese cabello mojado.