Jayden Hall.
—No— bajé a Danna de mis regazos.
—¿Qué pasa?— ella cubrió su pecho desnudo con sus brazos —. ¿Por qué no quieres hacer esto?
—No puedo— admití apretando mi mandíbula.
—Yo quiero que lo hagas— se acercó mientras acariciaba mi hombro desnudo.
—No Danna— me levanté de golpe —. No puedo mientras tengo a otra persona en la cabeza.
—Está bien— agarró su sostén y se empezó a vestir —. Estaré cuando lo necesites, nunca olvides eso.
No dije nada, solo me quedé mirándola mientras se vestía y mientras se marchaba.
Maldita sea.
Maldita sea.
Me tiré a la cama dejando mi mirada fija en el techo, cerré los ojos y pensaba en lo idiota que soy, en lo que me está sucediendo, y en lo mierda que me estoy sintiendo. No me siento así solo porque siento algo extraño en mí, si no también porque me duele todo mi cuerpo, me duele el puto golpe que tengo al lado de mis costillas, mi padre da unos golpes de puta madre.
Me levantó de mi cama suspirando del dolor que siento al lado de mi costilla, agarro mis pantalones de pijama junto a una camisa blanca y me visto, por último me pongo mis tenis negras de correr. Salgo de mi habitación dirigiéndome a las escaleras, antes de llegar a ellas veo el sensor de sonido vibrando, lo agarro y lo enciendo.
—Nos llamas si pasa algo raro, solo iremos a comprar un poco de comida— la señora Wilkes hablaba.
—Tranquila mamá, nadie entrará a esta casa— yo lo haré, no te preocupes señora Wilkes.
Sonreí de medio lado y dejé el sensor ahí, me dirigí a las escaleras pero escuché ruidos en la habitación de Matt, ¿risas? Caminé y abrí la puerta de su habitación de un solo tirón.
—Jayden— ella abrió sus ojos como platos.
—Alisa— levanté mis cejas sorprendido y miré a Matt, él solo llevaba unos bóxers.
—¿Necesitas algo?— me preguntó Matt, ella estaba muy cerca de él con su vestido desacomodado.
—No— contesté, llevé mi mano a las bolsas de mi pantalón y saqué un condón —.Pero tú necesitarás esto— le tiré el condón y cerré la puerta.
Bien Matt, bien, Alisa está como quiere no lo voy a negar.
Me dirigí a las escaleras y las bajé rápidamente, papá estaba sentado en el último escalón, lo que me faltaba.
¿Saben?, a veces pensamos que tenemos enemigos, o que estamos mal por los tratos de algunas personas, pero lo que ustedes no saben es que, vivir con su enemigo es un infierno, y yo me crié en este infierno, mi enemigo siempre ha sido mi padre.
—¿A donde vas?— preguntó él.
—A fumar— respondí.
—No sabes mentir— bajé el último escalón y lo miré.
—No me importa si no me crees, es tu puto problema— él se levantó y quedó frente a mi rostro.
—No me hables así, soy tu padre— miré de reojo como apretaba sus puños.
—Lamentablemente lo eres— mi padre levantó su puño dirigiéndolo a mi rostro, pero me hice de lado esquivándolo y dándole un golpe en su mejilla con el borde de mis anillos, él me miró mientras llevó su mano a su mejilla, pero antes de que se me tirará encima me dirigí a la puerta y salí rápidamente.

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Mysterie / ThrillerNo pensé que mi vida cambiaría de esta forma, no pensé que tan solo esas voces me podían destruir, luché contra esto pero no lo pude controlar, ellos siempre estuvieron ahí, en mi cabeza, siempre fueron los 3:33. Advertencia: Este libro puede tener...