Limerencia; estado mental obsesivo e involuntario, propio de la atracción romántica por parte de una persona hacia otra. Implica un anhelo de reciprocidad, pensamientos, sentimientos y comportamientos obsesivo compulsivos y dependencia emocional.
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Elara
—¿Qué tal tu cita?
Eso fue lo primero que me preguntó Kiara cuando me subí al coche. Estaba sonriente. Quién lo diría después de la que armó cuando me fui con Rafe de la fiesta. Sé que seguía sin hacerle gracia que me viese con él pero parecía que trataba de apoyar mi decisión.
—Genial, la verdad— le respondí—. ¿Vosotros qué tal la tarde?
—Bueno— rió—, primero estuvimos bebiendo en la lancha de John B hasta que decidimos colarnos en un sitio en obras que vimos cerca del muelle. Y luego nos persiguió un poli y tuvimos que salir corriendo. Por suerte nos dio tiempo a encender la lancha y huir.
Me lo contaba riendo, seguramente habría sido una experiencia divertida para todos ellos pero yo jamás sería capaz de colarme en un sitio en obras ni de huir de un policía. De hecho me parecía algo surrealista que lo hubiesen hecho y les pareciese bien. Creo que al final seguía siendo una Kook. Siempre lo había sido. No como Kie.
—Te lo vas a pasar genial esta noche, ya verás— me lanzó una mirada antes de volver la vista a la calle. Se notaba entusiasmada porque pasase más tiempo con sus amigos.
Cuando llegamos, estaban todos sentados alrededor de una hoguera bebiendo alcohol de unos vasos rojos y no tardamos en unirnos a ellos. Sarah Cameron también estaba, sentada junto al anfitrión. Me saludaron conjuntamente como si ya me conociesen desde hace años y debo admitir que adoraba la familiaridad con la que me hablaban sin a penas tener relación conmigo. Tomé asiento junto a JJ y Kiara porque era donde me sentía más cómoda. Al lado de mi prima y al lado del rubio con el que había estado bailando piel contra piel en la fiesta del Club de la Isla.
Enseguida retomaron la conversación que estaban teniendo antes de que llegase.
—¿Qué quieres beber, Elara?— me preguntó JJ, tomando un vaso rojo vacío y una botella de... ¿vodka blanco quizá?
—Oh, no. No quiero beber nada, gracias— contesté—. Ya me he tomado algunas cervezas esta tarde.
Al principio no bebí mucho estando con Rafe pero a medida que hablábamos casi no me daba ni cuenta de que me había terminado unas cuantas latas. Con la calor que hacía me las bebí como si fueran agua.
—Un vaso no hace nada— me incitó—. Deja que te prepare algo, si te gusta te lo bebes y si no lo dejas, ¿te parece?
Antes de que pudiese decirle nada, Kiara intervino:
—Sírvele.
No me quedaba otra. Estuve observando lo que JJ vertía en mi vaso con atención hasta que la voz de Sarah me sacó un poco de mi trance:
—¿Qué te ha pasado, Elara? Estás quemadísima.
—Oh, uh... He estado con tu hermano en la lancha— contesté—. Puede que por demasiado tiempo.
