Limerencia; estado mental obsesivo e involuntario, propio de la atracción romántica por parte de una persona hacia otra. Implica un anhelo de reciprocidad, pensamientos, sentimientos y comportamientos obsesivo compulsivos y dependencia emocional.
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Rafe
Estuve observando a Elara durante las semanas siguientes a nuestra ruptura. En cuanto pude salir del hospital no perdí ni un maldito segundo en ver a quién dedicaba su preciado tiempo. Con quién prefería estar en vez de conmigo. En qué se mantenía ocupada.
La había visto salir con Oliver, sobretodo cuando este la acompañaba a pasear a Bailey. También había empezado a salir más con los Pogues, varias veces les seguí hasta la playa donde se quedaban haciendo surf durante horas. Otras veces pasaban la tarde en casa de John B, bebiendo y bailando en su jardín. Y sorprendentemente también había retomado su extraña amistad con JJ, les vi ir a la ciudad en el ferri, también conducir una lancha y pasear por el Arrabal. ¿En qué clase de persona se estaba convirtiendo Elara?
Me enfurecía ver cómo llevaba la ruptura. Parecía que todo le daba igual. ¿Es que a caso yo no le importaba? Actuaba como si jamás hubiese existido, como si entre nosotros nunca hubiera pasado nada. Y odiaba aquello. Porque mi vida parecía haberse detenido por completo sin ella. Mi apetito se había esfumado, las drogas se habían convertido de nuevo en mi pasatiempo a pesar de tener a mi familia pendiente de mí las veinticuatro horas del día; ya no salía con Topper y Kelce prácticamente aunque ellos intentaban que lo hiciera, ni con Barry. Me sentía vacío y perdido. Poco a poco rozando otro nivel de locura al que jamás pensé que podría llegar: camuflándome entre arbustos, entre coches, entre peatones llevando diferentes sombreros y gafas para ser irreconocible a los ojos de Elara. Porque si sabía que la seguía a todas partes, no quería saber cómo acabarían las cosas.
Pensé que solo debía ser paciente. Que volvería a mí en cuanto se diese cuenta de lo que había perdido. Pero apenas quedaba una semana de verano y Elara seguía sin darme otra oportunidad. Pero pensaba cambiar eso.
Entré en casa y, sin decir ni una palabra, subí directamente a mi habitación. Era temprano todavía, sobre las diez. Wheezie estaba encerrada en su habitación, Sarah había dormido en casa de John B, mi padre había salido a jugar a golf y en cuanto a Rose... nunca sabía qué hacía en su tiempo libre pero no me importaba ni lo más mínimo.
Yo llevaba fuera desde las ocho de la mañana aproximadamente, sobre esa hora se despertaba Elara para pasear a Bailey con Oliver. Después fueron juntos a la playa y estuvieron jugando con el perro hasta que este se cansó. Oliver parecía acercarse a ella como lo haría un depredador: despacio, con cautela, con los ojos clavados en ella y en todos sus movimientos. La abrazaba al menos dos veces cada hora. Siempre estaba dolorosamente cerca, a veces trataba que pareciese de forma no intencionada como cuando se sentaba a su lado y sus brazos o sus piernas chocaban por casualidad. En otras ocasiones se posicionaba a escasos centímetros de su rostro solo para hacer un comentario estúpido. Y el resto del tiempo, o bien sus brazos la estaban envolviendo de forma cariñosa, o le hacía cosquillas, o acariciaba su pelo, o sus mejillas...
Quería romperle las piernas.
O los brazos, para que no volviesen a tocarla nunca más.