Limerencia; estado mental obsesivo e involuntario, propio de la atracción romántica por parte de una persona hacia otra. Implica un anhelo de reciprocidad, pensamientos, sentimientos y comportamientos obsesivo compulsivos y dependencia emocional.
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Elara
Todo había mejorado con Rafe desde nuestra última discusión, días atrás. Y por ello, mi cabeza solo podía preocuparse en una única cosa, en la que no podía dejar de pensar: mi conversación con Oliver. Y esos pensamientos se volvieron más intensos cuando esa misma mañana, antes de salir de casa, recibí varios mensajes de él.
oliver ;))) Hola, Ari ;) Te he desbloqueado al fin. Nos vemos esta noche en la Fiesta Estival Borra los mensajes en cuanto los leas.
Algo dentro de mí odiaba tener que actuar de esa manera a espaldas de Rafe, se sentía verdaderamente horrible. Como si estuviese siéndole infiel. Sin embargo, por otro lado, me sentía atrapada entre espada y pared porque Oliver era la única persona de confianza que tenía en Outer Banks y mi amistad con él significaba mucho para mí. No quería renunciar a ninguno de los dos ni a mi relación con ambos. ¿Por qué tenía que ser todo tan difícil?
Borré los mensajes, como me pidió.
Esa mañana el grupo de Kie me había invitado a la playa, a surfear. Yo no tenía ni la menor idea de hacer surf pero me subí a una tabla para intentar aprender de JJ. Durante las pocas horas que estuvimos en la playa, el único tema de conversación fue sobre la Fiesta Estival; Kiara se quejaba del evento en sí y de sus padres, Sarah hablaba sobre su vestido y las pocas ganas que tenía de ver a Topper, JJ estaba contento por la cantidad de dinero que iban a pagarle por hacer de camarero, y John B y Pope se mantenían al margen en gran mayoría. Yo también.
Tampoco les dije nada sobre lo que ocurrió en la fiesta de Kelce, a pesar de querer opiniones externas sobre lo ocurrido, sentía que ellos jamás podrían ser objetivos cuando se trataba de Rafe. Y yo buscaba opiniones honestas. Así que me retracté de preguntarles si quiera.
Cuando llegué a casa, empecé a arreglarme para el evento. Tardé unas cuantas horas. Mi madre había contratado estilistas para ambas, nos peinaron y maquillaron en el salón de mi casa. Mi pelo liso ahora estaba lleno de rizos, mis ojos resaltaban con la sombra oscura que habían aplicado bajo ellos, y mis uñas tenían un degradado de color rosa y blanco con algunas pequeñas perlas decorativas. Me sentía bien. Y me veía bien. Lo cual hizo que ponerme el vestido de ese tono verde ya no fuese tan difícil para mí. Cuando me miré en el espejo prácticamente no me reconocí, al ser una persona que siempre optaba por maquillaje sencillo y sutil, no estaba acostumbrada a verme tan sobrecargada. Pero me gustaba mucho, el conjunto de todo. Los estilitas habían hecho un gran trabajo complementando mis facciones.
—¿Estás nerviosa?— me preguntó mi madre, detrás de mí, mirándome por el espejo de mi habitación.
—Un poco.
—Seguro que te sale genial— me animó—. Además, casi todo el mundo estará en su propio mundo, no tienes que preocuparte.
El Club de la Isla había querido hacernos partícipes de la fiesta de alguna manera, así que preguntaron a algunas familias Kook si les gustaría tocar algo de música durante el evento. Mi madre insistió en que tocase alguna canción con el piano y al final cedí. Imaginé que Oliver tocaría algo con su guitarra, también.
