Elara
La mañana siguiente fue algo extraña. Tenía miedo de que mis padres supiesen algo a cerca de Rafe, de que Kiara se hubiese chivado o de que me hubiesen visto largarme con él. Pero no fue el caso, no me comentaron nada al respecto. Lo único que me preguntaron fue si me lo había pasado bien. Después de desayunar con ellos, me vi en la obligación de llamarle a Kie para contarle todo lo sucedido. Esta tardó en cogerme el teléfono y cuando lo hizo no parecía muy emocionada, seguía algo enfadada por lo de la noche anterior. Le expliqué todo lo que había ocurrido, con pelos y señales. Parecía un poco sorprendida pero trató de disimularlo.
—¿Qué harás esta tarde?— me preguntó.
—Rafe vendrá a recogerme— contesté.
Por la forma en la que suspiró supe que había puesto los ojos en blanco.
—¿Y por la noche?
—Toda tuya.
—Genial. Esta tarde iremos a casa de John B pero vamos a pasar el día allí, dormiremos juntos. Me dijo que te preguntase si querías venir, estás invitada.
—¿Enserio?
Me puso de tan buen humor que quisiesen integrarme en su grupo que casi di saltitos de emoción. Eso significaba que les había caído bien.
—Claro— rió Kie—. Iré a tu casa después de cenar, si quieres. Te recogeré para ir a casa de John B. No le digas a tus padres dónde vas, no quiero que los míos lo sepan. Su casa está en el Arrabal.
Nos quedamos charlando un rato más y el resto de la mañana lo pasé todavía guardando y colocando cosas de las cajas de la mudanza hasta que se hizo la hora de comer. Mientras les contaba a mis padres un poco por encima mis planes de ese día, ellos me contaron los suyos. Saldrían un rato ellos dos solos con nuestro barco. Me preocupaba un poco que hiciesen aquello, especialmente por mamá, que había desarrollado un terrible miedo al mar después del accidente. Pero ella parecía entusiasmada, así que no quise preguntarle.
Con un silbido, mi perro Bailey, se acercó hasta la entrada principal, donde yo me encontraba dispuesta a ponerle el collar para salir. Normalmente lo llevaba suelto, era un perro muy dócil y jamás había intentado escaparse ni irse muy lejos de mi lado. Aprovecharía para darle un paseo largo y que me diese un poco el aire. Hacía calor, el sol estaba fuera pero al estar tan cerca del mar corría una brisa muy agradable, lo que animaba a salir a caminar. Cogí mis auriculares y conecté algo de música. No sé cuánto caminé, creo que me recorrí el barrio entero, con todas las casas lujosas y las grandes mansiones. Cuando ya volvía, vi a lo lejos cómo una pelota de color rojo salía rodando de uno de los jardines de mis vecinos. Instintivamente mi perro salió corriendo en su dirección para tratar de atraparla a la par que le silbaba para que volviese, pero es que cuando se trataba de jugar... Y sin darnos cuenta ninguno de los dos, un chico joven salió también corriendo a gran velocidad del jardín, persiguiendo la pelota, sin ser consciente de que Bailey corría hacia él y que ambos estaban a punto de chocarse.
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Limerencia || Rafe Cameron
FanfictionLimerencia; estado mental obsesivo e involuntario, propio de la atracción romántica por parte de una persona hacia otra. Implica un anhelo de reciprocidad, pensamientos, sentimientos y comportamientos obsesivo compulsivos y dependencia emocional.