Capítulo 25

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Nota de autor: Lamento la demora, pero a veces se me complica actualizar dos novelas al mismo tiempo, disfruten el capítulo.

Cada vez falta poco para el final.

Maeve

Me había olvidado que cuando salí con Luke, me había comprado un CD de ABBA, por lo que cuando regresamos a la casa, ya eran pasadas las 2 a.m siendo bastante tarde como para ponerse a escuchar musica, así que decidí esperar hasta el día siguiente para hacerlo.

Ahora Alex y yo nos movíamos al ritmo de la música, mientras que Luke escribia muy concentrado en su libreta quien sabe que, él no era muy fanático de ABBA, toda una lástima, pero aún así le era muy difícil no marcar el compás de la canción con el pie.

Por otro lado, Reggie aún no se hacía presente en el garage, y eso que habíamos acordado la hora del ensayo pidiendo suma puntualidad, pero era Reggie, casi nunca era puntual.

—Oye Maeve.—me llamo la atención Alex.

—Uh?

—Nosotros tenemos una charla pendiente.—me susurro al oído, debido a que con la música de fondo era un poco complicado oírlo con claridad.

Fruncí el ceño, algo confundida.

—¿De que?

La mirada de Alex recayó sobre Luke, quien seguía concentrado en lo suyo, para luego regresar su mirada en mí.

Sentí como se prendió la lámpara de mi cabeza.

—Ah si, claro. Luego te contaré todo.—sonreí.

—¿Con lujo de detalles?

—Con lujo de detalles.—afirme.

Y de verdad que tenía mucho que contarle a mí amigo, porque todo lo que empezó como una salida espontánea con Luke se convirtió en una especie de cita. Y no me quejo de ello en lo absoluto.

La espontaneidad es lo que hace las cosas mucho más especiales.

Yo solo tenía la intención de mostrarle algo distinto a Luke, de hecho, tenía planteado llevarlo a la feria de música en otro contexto, pero hubo un pequeño cambio de planes en el momento en el que lo vi salir del bar del señor Harrison y creí una buena idea quizás el adelantar nuestra salida, pero jamás creí luego nos encontraríamos en la playa, recostados en la arena en plena noche.

A mí punto de vista, era algo romántico, pero la realidad es que jamás creí que viviría algo así y mucho menos con Luke.

Aún me costaba asimilar que en mí vida, siempre había sido el y recién hasta ahora me había dado cuenta de ello.

Nunca había sido fan del romanticismo, por lo que apenas había entablado una amistad con Luke, trate de deshacerme de cualquier tipo de pensamiento romántico hacía él. Esa idea cliché de la chica que se enamoraba de su mejor amigo no me hacia mucha ilusión, ya que por lo general, eso nunca terminaba del todo bien.

Uno siempre terminaba con el corazón roto.

Y siendo honesta, no había nada más en el mundo que podía atesorar más que la amistad que tenía con Luke, desde que lo había conocido, ya no me había sentido tan sola. Por eso mismo preferí tragarme mis sentimientos hacia él.

En el fondo creía que era solo algo pasajero, pero al parecer estaba equivocada, a medias, porque aún que sean sentimientos correspondidos, aún una parte de mí cree que no va a funcionar como quisiera que lo haga.

La tarde se había pasado con bastante lentitud, y quizás se debía a que tampoco había realizado demasiadas actividades. Lo único relevante de mí día fue el ensayo con la banda y hasta ahí quedó todo.

Tampoco había ido al bar del señor Harrison, ya que hoy era mí día de descanso. Solo hablé un rato con Kyle por mensaje de texto sobre algunas cosas del trabajo, y nada más.

Ahora mismo Alex y yo nos encontrábamos en el parque mientras tomábamos un helado, necesitábamos un poco de privacidad para hablar y la realidad es que en la casa teníamos todo menos eso, o bueno mejor dicho el garage, pero se entiende. También aprovechamos que Luke y Reggie estaban muy entretenidos jugando a las cartas, y nos pareció una oportunidad perfecta para venir al parque. Aunque claro estaba que no fue algo que pasó desapercibido, o por lo menos para Reggie quien antes de salir me había mirado como cachorro mojado y me pregunto que era lo que íbamos a hacer Alex y yo, sintiéndose algo excluido.

Con todo el disimulo del universo, Alex le dijo, en pocas palabras, que quería chismear sobre mí cita, sutil.

Por un momento creí que el pelinegro de iba a sumar a la salida, pero Reggie se abstuvo en hacer, tan solo se limito a despedirse de nosotros con una sonrisa.

Alex y yo llegamos a la conclusión de que Reggie se encargará de tratar de sacarle toda la información a Luke.

Pobre.

—Bueno no te hagas de rogar y ya cuéntamelo todo.—Dijo Alex, antes de llevarse una gran cucharada de helado de frutilla.

—De acuerdo.—Me reí.

Comenzé a contarle todo desde que salimos del bar del señor Harrison, la feria de música a la que lo lleve con todo lujo de detalles tanto del lugar desde a como termine un poquito mareada debido al alcohol que compramos por ahí, pero solo un poco.

Alex me escuchaba atento, soltando algún que otro comentario al respecto de vieja chismosa, pero nada fuera de lo común. Luego llegamos a mí parte favorita de la "cita", aunque no estoy muy segura de que eso haya sido una...¿o si?

La playa.

—Jamas había ido con alguien a la playa tan tarde, no había nadie allí, solo nosotros. ¡Y tendrías que haber visto la cantidad de estrellas que se podían observar a esas horas! hacía mucho que sentía que no las veía de tal manera.

—Luke en su faceta romántica a veces me sorprende.

Quería seguir contando algunas cosas sobre ese momento, pero luego me quedé en blanco.

—Maeve...?

Las palabras no salían de mí boca, no sabía cómo expresarlo, todo se mantenía en algún lugar de mí cabeza , pero no lo recordaba con claridad.

Luke y yo hablábamos, pero no recordaba muy bien el hilo de la conversación.

Mierda, tan ebria estaba.?

Sé que le decía algo importante, recordaba estar a su lado sintiéndome vulnerable, la sensación de no poder mirar a alguien a los ojos, porque no querés ver la reacción de esa persona o incluso querés evitar comenzar a llorar.

Recuerdo que luego nos mantuvimos recostados en la arena, quizás observando las estrellas o tal vez simplemente estábamos descansando, no lo sé.

Quizás en el fondo si lo sabía, pero una parte de mí estaba negada a recordarlo, hacer como si eso no hubiera pasado.

Después de todo, para una persona como a mí, con poca tolerancia al alcohol, unas cuantas gotas pueden lograr sacar tu lado más sincero.

Pero yo no quería eso.

—¡Maeve!

Alex me hizo regresar a la realidad.

—Uh?

—¿Que...? ¿Que te paso? por un momento te perdí del radar.—su voz se oía como la de una abuelita preocupada.

Si es que las abuelas realmente se oyen de esa manera, pues no lo sé, creo que la mía ya está muerta.

—Lo siento, creo que deje a mí mente fluir.—menti.

—¿No será que en la playa los abdusieron los alienígenas.?—dio un paso desconfiado hacia atrás.

Solté una carcajada.

—Eso solo pasa en las películas.

***

Siempre a tu lado || Luke PattersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora