·02· La relación falsa.

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Evelyn

No sé qué hora es cuando aparecen dos policías y nos separan a Jayden y a mí. Uno de ellos se queda conmigo y me lleva a una habitación completamente vacía, a excepción de una mesa en medio y un gran cristal opaco.

—¿Qué tal las últimas veinticuatro horas, señorita Evelyn?

—¿Tanto ha pasado? —me hago la despistada, como si de verdad no hubiera notado todas las horas como días—. Es lo que tiene pasarlas al lado del amor de tu vida, ¿no? Que siempre parece menos.

Y así es como la primera pelota es lanzada.

El hombre mira primero hacia el espejo, como si detrás de él hubiera alguien que pudiera ayudarlo. Y luego, cuando se da cuenta de que está solo, vuelve a mirarme a mí, pero ya con una expresión más de póker.

—¿Jayden y tu sois pareja?

—Sí —le digo con una convicción fingida.

—¿Desde cuándo?

—Desde hace ocho meses.

—Ocho meses eh...

El policía parece dudar, pero no dejo que eso me ponga nerviosa porque hemos estado creando nuestra historia toda la noche y es imposible que tenga fallos.

Vamos a salir de aquí.

Jayden

El inspector Dickens está sentado enfrente mía. Su reacción cuando le he dicho que llevamos ocho meses juntos ha sido la esperada: desconcierto.

—¿Cómo os conocisteis?

Le sonrío, porque aunque él no lo sabe, yo sí sé que ha caído en nuestro juego.

—En un concierto de Songbird.

—Así que en un concierto...

—Sí —le digo, para reafirmarlo—. Esos sitios son maravillosos.

Hago como que me pierdo en el recuerdo de ella en mitad de un concierto. No nos conocimos así, pero estoy seguro de que si me hubiera tocado a su lado me habría acercado a ella. Dios, cualquier persona que se precie se habría acercado a ella.

Bueno, al final no tengo que fingir que me pierdo, porque de verdad lo hago. Solo que en recuerdos ficticios.

—Ocho meses son mucho tiempo para que ninguna cámara os haya pillado juntos —dice el inspector, que está un poco escéptico con la historia.

—Sabemos cubrirnos bien las espaldas —digo, como si fuera la cosa más obvia del mundo.

Evelyn

El hombre pronto se cansa de hacerme preguntas sobre como nos conocimos Jayden y yo y pasa a lo importante: la fiesta.

—Como ya les dije ayer cuando me trajeron aquí, no recuerdo absolutamente nada de la noche pasadas las doce. Lo que pasó o no pasó está perdido en mis recuerdos.

—Podría estar mintiendo —me dice el hombre.

—Mira, lo único que sí sé es que Jayden y yo somos una pareja muy unida. Mucho, ¿me entiendes? Así que tal vez él pueda recordar algo más por los dos.

Entonces alguien llama a la puerta. Lo reconozco enseguida por el hombre que se ha llevado antes a Jayden.

—¿Me dejas con ella unos segundos?

El policía que está conmigo asiente lo más rápido que puede y desaparece por la puerta incluso más rápido. Lo que me da a entender que aquí quien tiene el poder es el hombre que ahora avanza con toda la lentitud hacia mí.

La caída de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora