Evelyn
¿Sabes ese momento donde estás segura de que lo que estás haciendo no está bien, pero estás tan confusa —o borracha, en mi caso— que decides tirar hacia delante, independientemente de cuales sean las consecuencias? ¿Sí? Pues bien, esa es mi situación en estos momentos.
Llamo por quinta vez al telefonillo de Jayden, rezando para que esta vez sí haya suerte.
Desde que he visto el pen con las declaraciones lo único en lo que he podido pensar ha sido en él. A veces mis pensamientos me han dado miedo, porque me hacían pensar en él como un asesino. Y otras veces, mis pensamientos me aterrorizaban porque me hacían pensar en cómo me afectaría que lo fuera... Y bueno...
—¿Sí? —Escucho su voz de dormido al otro lado, haciendo que pierda el hilo de mis pensamientos.
Sonrío en cuanto lo escucho.
—Soy Evelyn —contesto, como puedo.
—¿Evelyn? —Pregunta, confuso—. ¿Qué haces aquí? ¿Qué hora es?
Me miro el brazo, como si en el fuera a encontrar un reloj, y cuando recuerdo que dejé de llevarlo a los once años intento buscar mi móvil en alguno de mis bolsillos.
—No encuentro mi móvil.
Sigo buscando en mis bolsillos, mientras pienso en el reloj rosa tan feo que me regaló una tía segunda en mi comunión. La verdad, es que después de ese regalo, no me estaña nada que dejara de usarlos...
—¿Lo has perdido? —Una vez más, su voz me devuelve a la realidad.
No contesto, sin embargo, sigo rebuscando en todos mis bolsillos, cada vez más nerviosa. Hasta que me acuerdo de que la última vez que lo he usado ha sido cuando llevaba la chaqueta y lo encuentro en el bolsillo de esta.
—Creo que lo que he perdido es mi cabeza, Jay.
Enciendo la pantalla del móvil, provocando que me deslumbre y cuando consigo enfocar la hora me doy cuenta de que son las cinco de la mañana.
¿Las cinco? ¿En qué momento?
—¿Estás borracha?
—No —miento.
Lo escucho suspirar al otro lado del telefonillo, dejándome claro que no se ha creído en absoluto mi trola.
Mi pequeña trola, para ser concretos.
Porque borracha, lo que es ir borracha, tampoco es que vaya... Creo.
—Bajo a por ti.
Jayden
Me pongo el primer pantalón de chándal que encuentro por mi habitación y bajo al portal a recoger a Evelyn.
Mientras desciendo por las escaleras no puedo evitar pensar que son las cinco de la mañana y que ella está en mi portal borracha, después de un día muy largo en el que mi amiga me ha insinuado que tal vez ella tiene algo que ver con el asesinato.
Suspiro. De verdad que necesito que este día termine rápido.
Cuando llego me la encuentro sentada en la acera, con su cabeza apoyada en la pared. Lleva un vestido dorado de tirantes, que le llega por las rodillas y que hace juego con su pelo. También lleva una botella, de lo que creo que es tequila, en su mano derecha.
El pelo lo tiene recogido en una coleta bien alta, que hacen que me fije en que sus pendientes son aros pequeños de oro. Y cuando me mira, me fijo en que está maquillada al completo.
ESTÁS LEYENDO
La caída de las estrellas
Romance«El asesinato que lo cambió todo.» - Evelyn y Jayden pertenecen al mismo mundo: al de la fama. Sin embargo, no tienen nada que ver el uno con el otro. O por lo menos no lo tenían hasta que estar en la fiesta equivocada, en el momento equivocado y co...