Evelyn
No estoy segura de cuánto tiempo pasa hasta que la puerta del cobertizo se abre y aparece Jayden por ella.
En el rato que hemos estado a solas Grace y yo hemos hablado de bastantes cosas. La verdad es que, conforme iba pasando la conversación, más claro me parecía que ellos dos son hermanos.
Ambos tienen esa costumbre de sonreír todo el rato, independientemente de cuál sea el tema de conversación. Y los dos te observan hablar con una intensidad y una atención que te hace sentir escuchada de verdad.
—Aquí estáis. —Parece aliviado—. Os he estado buscando por todas partes.
—Tranquilo, hermanito. He estado protegiendo a Evelyn de nuestros padres hasta que volvieras.
—Gracias —murmura.
No intervengo en la conversación, pero la palabra «protegiendo» resuena en mi cabeza, sin estar muy segura en qué tono es empleada, si en uno sarcástico o en uno sincero. Lo que hace que todavía me asuste más por lo que estoy a punto de hacer.
Grace se levanta y va hasta donde está su hermano. Ambos se dan un abrazo y se murmuran un par de cosas que no llego a escuchar antes de que ella desaparezca por la puerta, dejándome a solas con su hermano.
—Es la hora —me dice—. ¿Preparada?
—Ni un poco.
No sé cómo se toma el comentario, porque no deja ver ninguna expresión en su cara. Ni siquiera su sonrisa habitual.
Sin embargo, me tiende una mano que acepto encantada. Meto en una gran caja todo el dolor que me provoca que no esté haciendo esto porque quiere, sino porque está fingiendo, y me permito disfrutar de su contacto.
Si nuestros momentos juntos están contados, entonces pienso disfrutar hasta el último de ellos.
—Mi madre es intensa —me advierte, mientras nos dirigimos a la puerta—. Enseguida va a quererte. Es de esas personas que solo necesita cinco segundos contigo para meterte en su burbuja de amor y afecto. Posiblemente no te llame Evelyn. No suele llamar a la gente por su nombre entero porque dice que le quita todo el afecto a la frase. Da igual si está enfada o no, ella va a sonreír siempre. Ah y...
Lo interrumpo porque creo que está a punto de colapsar.
—Jay es tu madre, no un alienígena. Tranquilo.
—No puedo —confiesa—. Eres la primera chica que van a conocer.
Lo miro de reojo, sorprendida.
—¿Nunca les has presentado a nadie?
—¿Para qué? ¿Para que al tiempo vieran como se va de mi vida? Solo habría sido añadir sufrimiento extra a mis padres, sobre todo a mi madre. De verdad que ella les coge cariño muy rápido a las personas.
Mi corazón da un vuelco con esa confesión.
—Pero eso es justo lo que va a pasar conmigo —murmuro, pensando en nuestra última conversación.
—Sí, es verdad. —Hace una pausa, dudando sobre si añadir algo más o no—. La única diferencia es que, si solo dependiera de mí, contigo sí habría pasado el resto de mi vida.
Abro mucho los ojos y boqueo.
«Si solo dependiera de mí.»
«El resto de mi vida.»
Intento formular cualquier tipo de pensamiento, pero no soy capaz.
«Contigo sí habría pasado el resto de mi vida.»
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La caída de las estrellas
Romance«El asesinato que lo cambió todo.» - Evelyn y Jayden pertenecen al mismo mundo: al de la fama. Sin embargo, no tienen nada que ver el uno con el otro. O por lo menos no lo tenían hasta que estar en la fiesta equivocada, en el momento equivocado y co...