·17· Las llamadas.

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Evelyn

Cuando me despierto, lo primero que quiero hacer es volver a meter la cabeza debajo de la almohada y dormirme para siempre. Solo de pensar que hoy es el día que tengo que llamar a mi madre y también a Jack... Dios.

Debería haberlo hecho ayer, cuando estaba con Steve. Pero no me atreví. Cuando ya tenía el teléfono de mi madre escrito, pensé que mi amigo no se merecía escuchar todas las cosas desagradables que ella iba a decir. Sobre mi vida, sobre mis elecciones, sobre mis amigos... Sobre Steve, en particular.

Quise ahorrarle ese mal trago.

Miro el móvil, antes de decidir si llamar ya a mi madre o alargar el sufrimiento, y veo unos mensajes de Jayden.

Jayden: Rubia, ¿qué tal tienes el día?

Jayden: Sé que dentro de poco tienes una competición y, seguramente, estarás muy agobiada, así que si no puedes no pasa nada.

Jayden: Pero no olvido lo de la comida china. Esta vez nos toca pasta.

Sonrío por los mensajes. A pesar de que ahora mismo la competición es el último de mis problemas, él sigue teniéndolo en cuenta todos los días. Jayden sigue viendo la importancia del surf para mí y no intenta hacer que lo anteponga.

Además, sigue con el drama de la pasta. Ayer mientras comíamos dijo, y cito textualmente: «No sé como he dejado entrar a mi casa a una chica que prefiere comer con palillos comida cruda antes que un fantástico plato de espaguetis o macarrones. Cada día creo que Lex tiene más razón...»

No quiso decirme en que tenía razón Lexie, y tampoco insistí. En el fondo sabía que la respuesta no era algo que estuviera lista para escuchar.

Yo: La verdad es que hoy me espera un día de mierda.

No tarda ni cinco segundos en ponerse en línea y leer mi mensaje, por lo que decido quedarme en el chat.

Jayden: ¿Todo bien, Eve?

Pienso en si decirle la verdad o mentirle.

Sé que ya le he hablado de Jack y sé que puedo contárselo. Sin embargo, nunca le he hablado del monstruo que tengo como madre.

Pero, antes de que pueda darme cuenta ya le estoy escribiendo.

Yo: No, la verdad es que no.

Yo: Hoy tengo que llamar a mi madre. Y luego de eso llamar a Jack.

En línea.

Escribiendo, escribiendo, escribiendo.

En línea.

Me muerdo el labio, dudando de si he hecho bien en contarle la verdad o si, por lo contrario, he tomado una mala decisión.

Jayden

Empiezo a escribir muchas gilipolleces. Demasiadas, para ser exactos. No esperaba empezar el día con unos mensajes así. Más bien, yo solo venía a proponerle que viniera al estudio para que viera donde trabajo y, de paso, comer juntos.

Pero no.

Con Evelyn las cosas nunca suelen ser como yo quiero, y es algo a lo que debería estar ya más que acostumbrado.

Así que, sabiendo que por mensajes solo voy a decir tonterías, decido salir de la aplicación y llamarla.

No suena ni una vez antes de que descuelgue el teléfono.

—¿Estás enfadado? —Es lo primero que pregunta, ni siquiera me dice saluda.

Y a ver, una cosa es que me haya pillado por sorpresa los mensajes, y otra que ella haya llegado a esa conclusión. ¿Por qué iba a enfadarme con ella? más bien, lo único que estoy es preocupado.

La caída de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora