Jayden
Boqueo, es lo único que me sale hacer.
Me quedo mirándola como un tonto durante unos segundos mientras busco alguna forma de ordenar el torrente de pensamientos que invaden mi mente.
¿Para qué le perdone?
Dios santo.
Cuando la he visto en la puerta habría apostado cualquier cosa a que esas hubieran sido las últimas palabras que me diría.
De hecho, creía que haría lo que suele hacer. Decir un par de cosas que me harían volver a caer y después de eso actuaríamos como si no hubiera pasado nada. Pero no. No ha venido por eso.
Evelyn ha venido a pedirme perdón.
—Desde que te conozco he hecho más cosas mal que bien —hace una mueca—. Bueno, no creo que haya hecho nada bien. Te dije que te odiaba cuando ni siquiera te conocía, intenté alejarte de mi vida de todas las formas posibles, insinúe que solo te estaba usando y me aproveche de tu buen corazón. Nada de eso fue justo. Yo... No soy mala persona, Jayden. No tiendo a serlo, por lo menos. Pero contigo no he sido buena. Y la verdad es que no te has merecido casi nada de lo que ha pasado entre nosotros.
Sus palabras impactan contra mi corazón como un meteorito.
«El amor no es esto, Jay.» Las palabras de Lexie empiezan a resonar en mi mente como un disco rayado. Un disco que, en estos momentos, cuando nuestras miradas hacen contacto, estoy muy dispuesto a eliminar para siempre.
Sus ojos azules, tan bonitos como el azul las olas, me miran en busca de algo, sé que es así por la calma que aparenta. De hecho, rompo el contacto visual para fijarme en ella al completo.
Está calmada, demasiado para lo que acaba de admitir.
Es casi como si hubiera estado en su casa ensayando una y otra vez lo que iba a decirme en cuanto entrara por esa puerta.
Imaginarme a Evelyn dando vueltas por su casa, pensando en cómo hacer las cosas, hace que reprima una sonrisa. La verdad es que no creo que sea el mejor momento para reírme.
No cuando estoy seguro de que ella está viendo todas mis emociones a través de mis ojos. Si pudiera apostar, apostaría a que los míos son una ventana abierta a lo más hondo de mi corazón.
—No eres mala persona —es lo único que me permite decir el nudo de emociones que tengo en la garganta.
Y es verdad.
Puede que desde que nos conocemos hayan pasado muchas cosas que no deberían haber pasado. Puede que muchos comentarios estuvieran fuera de lugar y puede que me haya hecho daño, aunque sé que no era su intención en absoluto. Pero si algo tengo claro, a pesar de todo eso, es que Evelyn no es una mala persona.
Lo que pasa es que le han hecho mucho daño en el pasado, y ahora se empeña en que por nada del mundo se lo vuelvan a hacer.
Es comprensible y respetable.
Lo es, por mucho que me duela cada día un poquito más.
Sin embargo, mis palabras no parecen tranquilizarla. Lejos de todo eso, Evelyn parece mucho más triste que antes, como si esas palabras hubieran terminado de rematarla. Y a pesar de todo me sonríe. Lo hace como nunca la he visto hacerlo.
Con una sinceridad y un pena desgarradoras. De hecho, más que una sonrisa parece una arma letal creada para derrumbarte.
Bueno, en general ella lo parece.
Esta tranquila, pero es igual que cuando ves el mar calmado. Sabes que en cualquier momento se va a desatar la tormenta y tus únicas dos opciones son quedarte a ver como ocurre o huir bien lejos para que no te pille.
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La caída de las estrellas
Romance«El asesinato que lo cambió todo.» - Evelyn y Jayden pertenecen al mismo mundo: al de la fama. Sin embargo, no tienen nada que ver el uno con el otro. O por lo menos no lo tenían hasta que estar en la fiesta equivocada, en el momento equivocado y co...