·06· La noche que tocó actuar.

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Evelyn

Me pongo de pie encima de la tabla y mientras dejo que la ola tome el control del baile yo me obligo a no pensar en aquella cena de hace ya tres días. Me obligo a intentar borrar el recuerdo de Jayden sonriendo.

Tiene una sonrisa horrible, pienso.

Todo en él es horrible, y que me llevara al pueblo donde se crio y que hiciera todo lo que hizo, no lo convierte en una mejor persona.

Jayden

El día había empezado bien, realmente bien.

Pero claro, después de que pasen veinte chicos por las pruebas para ser Dennis, mi protagonista, y ninguno me parezca lo suficiente bueno, entonces la cosa empieza a cambiar.

Y mientras siguen pasando y pasando yo solo puedo pensar en ella.

En lo guapa que iba aquella noche y en las ganas que tuve de besarla cuando la acompañé hasta su casa.

Todavía recuerdo lo que me dijo cuando se despidió de mí, todavía puedo oler su colonia y puedo sentir como mi corazón se ensancha al pensar en el momento que dijo:

—Gracias por lo de hoy, de verdad que sí, Jayden. Es la primera vez en casi dos años que Jack no aparece en mis recuerdos para atormentarme.

Y ni siquiera me dio la oportunidad de contestarle, porque antes de que hubiera procesado todas y cada una de las palabras, ella ya había corrido a la comodidad de su casa.

Evelyn

—Tenemos que salir a emborracharnos —le digo a Steve, después de llevar todo el día en las olas y no poder más—. El mar hoy no está de mi lado.

Él ya se está vistiendo para la ocasión, porque es lo que tiene ser mejores amigos desde hace tanto, que parece que tengamos telequinesis.

—Vámonos entonces — dice, cuando ya ha terminado de ponerse la camiseta.

Jayden

—Como dejes que Chris pida otra copa vamos a tener un accidente, que no será realmente un accidente —me amenaza Lexie, más de morros que de costumbre.

—¿Por qué parece que, si yo no le llamo, ella pasa de mí? Vamos, yo fui quien ideó la estúpida cita, lo suyo sería que sea ella quien me hable ahora —refunfuño, ignorando por completo sus continuas quejas hacia Chris.

Han pasado tres días.

Tres malditos días en los que no he sabido nada de ella.

Es algo que no me gusta por muchas razones, pero la principal de ellas es que se supone que a ojos de la policía somos pareja y... ¡Mierda! Nosotros mismos admitimos que nos pasamos gran parte del día juntos.

Lexie me pasa otro chupito de tequila.

—Por lo que me dijiste, ella sigue sin superar a su ex.

—Lo ha superado —la defiendo, antes de beberme el chupito de un solo trago.

—Jay, cariño, no te hagas esto —me pide, y usa ese tono de madre que solo usa cuando Chris o yo nos hemos metido en un problema gordo de verdad.

Pero es que no puedo evitarlo.

A mí tampoco me hace gracia que una chica que no es capaz de aceptar que hemos tenido una cita, que odia los halagos y que no me quiere a una distancia menor de medio metro este en mi cabeza constantemente, como un disco rayado.

La caída de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora