Priscila Marzo 2020.
—Elevemos las manos al cielo y nuestros corazones al Señor. Repitan después de mi: Padre nuestro que estás en el cielo...
—Padre nuestro que estás en el cielo... —Escucho el bullicio de voces coordinadas de mis niños del catecismo.
—Santificado sea tu nombre...
—Santificado sea tu nombre... —Recitan y yo sonrío, no hay nada más hermoso que escuchar sus vocecitas al unísono orando al Señor.
—Venga a nosotros tu reino...
Continuamos con el Padre Nuestro hasta terminar, después me despido de cada uno de ellos con un fuerte abrazo y un beso, todos estos niños son como mis hermanitos menores, los he preparado durante casi un año, son mi primer grupo de catecismo y pronto harán su primera comunión.
—Señorita Pri... —Me llama Nancy, la más pequeñita del grupo.
—Dime mi amor. —Desciendo hasta quedar a la altura de sus ojos y le devuelvo la sonrisa que ella me muestra.
—Mi hermano Matías me pidió que le diera esto. —Me extiende una nota y suspiro tomándola en mi mano sólo para no ser grosera con ella, ya sé de qué se trata.
—Gracias corazón, me haces el favor y le dices a tu hermano que deje de mal gastar hojas de su libreta, los árboles se lo agradecerán. —Ella sonríe y asiente, toma su mochilita y sale del aula.
Me quedo ordenando los mesa bancos y recogiendo la basura que hayan dejado mis niños para que el aula quede lista para nuestra clase de mañana, entonces escucho entrar un bólido que se dirige a mi, escandaloso como es su costumbre, levanto la vista para encontrarme a Angie, mi mejor amiga, que viene como siempre con una paleta de cereza en la mano.
—Épale Priscila ¿Qué hay?
—Aquí, dejando en orden el aula. —La empujo a un lado para que me permita terminar de barrer.
—Chama deja eso, vamos al parque ¿A qué no adivinas quién está ahí? —Suspiro de nuevo, me imagino de quién está hablando.
—¿Matías por casualidad? —comento aburrida por el tema que se viene.
—Ay pero si tú eres bruja ¿O qué?
—No digas tonterías como esas en la casa del Señor —la reprendo, Angie es tan imprudente.
—Ay bájale al estrés que al rato me rezo diez Padres Nuestros y Chuchito me la perdona.
—¡Angie! —exclamo en voz alta—. Dios mío perdónala, no sabe lo que dice. —Me persigno y llevo a mis labios el crucifijo del rosario que cargo en mi cuello para besarlo—. Respeta la casa de Dios mujer, ¿Cuántas veces tengo que pedírtelo? —Ella rueda los ojos y chupa su paleta, yo continúo barriendo la basura.
—Ya Priscila, deja esa vaina que Matías te está esperando —dice pataleando el piso.
—Pues que siga esperando, él sabe cuáles son mis obligaciones con el Señor, además mi mamá me dijo que no llegara tarde.
—Tú mamá necesita relajarse un poco. —Le lanzo una mirada de advertencia, Angie es muy boca floja y dice muchas tonterías sin sentido—. Pris ¿Cuándo te vas a cuadrar con Mati? ¿Ah? El pobre ya lleva detrás de ti mucho tiempo.
—Amiga, sabes que tengo ocupaciones más importantes que hacerle caso a Mat, además mi mamá nunca me permitiría salir por un helado con él.
—Tu mamá, tu mamá, ¿Chama que tú no sabes decir otra cosa? Para todo dices es que mi mamá no me deja, es que mi mamá dice que no, es que mi mamá... —Imita mi voz, le da un toque chillón exagerado nada que ver con el mío—. Y cuando no es eso, es que tengo obligaciones con el Señor, es que la iglesia esto, es que no sé que cosas, ya Priscila relájate un poco.

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Boda de Odio
RomanceBilogía Tentación #1 Bien dicen que del odio al amor solo hay un paso, pero del amor al odio también. Él juró odiarla hasta la muerte, ella prometió que nada los separaría. Un matrimonio obligado en el cual la inocencia y la religión juegan un papel...